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Pedro Chacón
Sábado, 24 de Junio de 2023 Tiempo de lectura:

El supremacismo vasco al descubierto

En el capítulo anterior de esta serie de El balle del ziruelo vimos cómo el primer Parlamento vascongado de la historia, conformado un 31 de marzo de 1980, se constituyó como la base del gran espejismo vasco que padecemos en la actualidad, el del supremacismo vasco, puesto que aquel modelo fue mantenido por los sucesivos parlamentos que le siguieron hasta hoy y que también adopta sus réplicas, a escala menor, en todas las demás instituciones políticas del País Vasco, como juntas generales y ayuntamientos. Se trata de un procedimiento fraudulento y torticero para hacernos creer que una mayoría abrumadora de apellidos eusquéricos de nuestros representantes políticos se corresponde con una mayoría real de los mismos en la sociedad vasca, lo cual ya sabemos que es falso.

 

Pero del mismo modo que sabemos que esa proporción de apellidos vascos en las instituciones es irreal, fantasmática y supremacista dentro de la propia sociedad vasca, ahora vamos a descubrir, basándonos en esos mismos apellidos, cómo el supremacismo vasco tampoco se sostiene por comparación con el resto de España. Estamos así ante la otra faceta de este supremacismo vasco que definitivamente lo convierte en una patraña, dando vergüenza ajena, porque es que además de que lo vasco nativo es minoritario en la propia sociedad vasca, tampoco es en el País Vasco y Navarra donde más personas con apellidos eusquéricos hay en España, sino que es en el resto de España donde hay más personas con apellido vasco que en sus propios lugares de origen. Lo cual desactiva también para el nacionalismo el monopolio de lo vasco que siempre han pretendido representar. Ha sido por efecto de una larga e intensa historia de España y de sus movimientos seculares de población que a día de hoy hay más personas con apellido vasco al sur del Ebro que al norte. Veámoslo con cifras.

 

Basándonos en el primer apellido de los representantes políticos que conformaron el primer parlamento vascongado de la historia, de los que hemos dicho que hay 49 eusquéricos por solo 11 castellanos, vamos a hacer el recuento de sus portadores tanto de dentro del País Vasco (y vamos a incluir también a Navarra, para hacer más fuerza del lado autóctono eusquérico), como del resto de España.

 

La lista que establecemos a continuación está conformada por 46 apellidos eusquéricos, dado que tres (Ansola, Ormazabal y Viana) de los 49 que efectivamente había se repiten. Junto con cada apellido aparecen dos cifras: la primera es la del número de portadores que tiene ese apellido en País Vasco y Navarra juntos; la segunda es el número de portadores que tiene el mismo apellido en el resto de España. Son datos del INE recién obtenidos, por lo que pertenecen al último Padrón realizado en 2022. Téngase en cuenta que para el caso de las provincias vascas y de Navarra, si no hay cantidad consignada (porque no llega a 5 el número de portadores por cada provincia), nosotros hemos sumado 4 portadores por defecto, para curarnos en salud estadística, a sabiendas de que el hecho de que no aparezca ninguna cantidad significa que tiene de 0 a 4 portadores. En el caso contrario, cuando se trata del resto de provincias españolas, ponemos por defecto 0 portadores, dándole por tanto preferencia a la ubicación de dicho apellido en País Vasco y Navarra, aunque sea por origen.

 

Aguinaga: 662-360

Aguiriano: 222-92

Aizpurua: 1908-239

Albinarrate: 42-0

Amunarriz: 313-18

Anasagasti: 152-22

Ansola: 291-127

Aróstegui: 720-417

Auzmendi: 462-88

Bereciartua: 417-21

Bergara: 426-94

Boneta: 107-112

Leizaola 68-0

Navascués: 495-549

Eguiagaray: 16-55

Esnaola: 1239-125

Etxebarria: 2773-57

Garaikoetxea: 149-0

Gárate: 1885-997

Gorostidi: 492-108

Guevara: 465-7252

Idígoras: 384-219

Jáuregui: 2723-1234

Landaburu: 158-190

Leizaola: 68-0

Lertxundi: 469-0

Lizundia: 236-23

López de Heredia: 118-31

Makua: 17-0

Maturana: 101-1189

Olaberria: 34-0

Olaverri: 84-34

Ollora: 41-38

Onaindia: 374-93

Ormazabal: 1174-309

Pérez de Heredia: 137-36

Pikabea: 171-5

Pujana: 403-70

Renobales: 94-0

Ruiz de Pinedo: 8-0

Sáez de Olazagoitia: 13-0

Saracibar: 88-57

Unzueta: 654-299

Uriarte: 4452-1371

Viana: 420-3307

Zaldúa: 708-184

 

Si hacemos el sumatorio de estos portadores de los distintos apellidos eusquéricos que aparecen en el primer parlamento vascongado de la historia, lo que tenemos es que dichos apellidos en el propio País Vasco más Navarra tienen 26429 portadores, mientras que en el resto de España tienen 19422. La diferencia de presencia de portadores de los apellidos eusquéricos del primer parlamento vascongado de la historia es, por tanto, de 7007 a favor del País Vasco y Navarra respecto del resto de España. Diferencia bien sensible que corroboraría la creencia de que los apellidos eusquéricos son más abundantes, no ya que los castellanos dentro del País Vasco y Navarra, como vimos en los porcentajes elefantiásicos de apellidos eusquéricos de los representantes políticos del primer parlamento vascongado de la historia, sino también respecto de su presencia en el resto de España. Dicho de otro modo, en el País Vasco y Navarra se acumularían los portadores de apellidos eusquéricos y su presencia superaría a los que pueda haber desparramados por el resto de España.

 

Pero fíjense en una cosa muy curiosa que encierra la clave de todo este asunto: las grafías en las que están escritos dichos apellidos eusquéricos. Unos lo están en grafía eusquérica, la que marca Euskaltzaindia y que es respetada en los Registros Civiles de toda España (a diferencia de lo que ocurre en Francia, donde los apellidos no se pueden poner de manera oficial en grafía ajena a la lengua francesa) y otros lo están en grafía castellana, que siguen existiendo porque así estaban escritos dichos apellidos desde siempre y sus portadores no se los han cambiado, aunque vivan en País Vasco y Navarra o vivan en el resto de España.

 

Dicha diferencia de grafías, al ser respetada por el INE y por el Padrón, hace que tengamos diferentes cantidades por cada grafía, aunque estemos hablando del mismo apellido. Veamos, dentro del listado de apellidos de los representantes políticos del primer parlamento vascongado de la historia, cómo los apellidos vascos aparecen caprichosamente bien en grafía eusquérica o castellana. En eusquérica tenemos Bergara, Etxebarria, Garaikoetxea, Lertxundi, Makua o Pikabea, por ejemplo. Y en castellana tenemos: Aguinaga, Aguiriano, Aróstegui o Guevara. También sabemos que hay apellidos eusquéricos a los que no se les puede cambiar la grafía, porque se escriben exactamente igual en grafía castellana o eusquérica: por ejemplo, Anasagasti, Maturana, Onaindia, Pujana, Unzueta o Uriarte.

 

Vemos, por tanto, que las distintas formas de escribir un mismo apellido son todas oficiales y, por tanto, permitidas, con lo que el guirigay que se crea a la hora de computar los portadores de un apellido es de auténtico campeonato. Es por ello que tenemos que considerar muy seriamente que un mismo apellido se escriba de distintas formas, siendo, como es, el mismo apellido. Quiero decir que si alguien se apellida Echevarría y lo escribe así, ¿tendría un apellido distinto, a efectos de considerarlo eusquérico, que si se apellidara Etxebarria? Entendemos que Echevarría y Etxebarria son el mismo apellido, solo que escrito de dos formas diferentes. O que ambos son eusquéricos solo que escritos con grafía bien eusquérica o bien castellana a efectos de ver los portadores que tienen. O, dicho de otro modo, a efectos de ver la presencia de dicho apellido en sus distintas grafías, tanto en País Vasco y Navarra como en el resto de España. Porque luego ocurre que hay gente que se apellida Echevarría que vive en País Vasco y Navarra, lo mismo que si se apellidan Etxebarria. Pero, en cambio, los que se apellidan Etxebarria es más raro encontrarlos residiendo fuera de País Vasco y Navarra, en el resto de España, aunque cada vez hay más también, sobre todo en los casos de apellidos eusquéricos más extendidos. Esa es una de las trampas que tenemos que solventar para descubrir aquí la patraña del supremacismo vasco.

 

Por lo tanto, si consideramos que Etxebarria es el mismo apellido que Echevarría, puesto que se trata de dos grafías diferentes de un mismo apellido, entonces a la lista de portadores de los apellidos de los representantes del primer parlamento vascongado de la historia, que caprichosa o ideológicamente escribían entonces sus apellidos bien en grafía eusquérica bien en grafía castellana, deberemos añadirle los portadores de las distintas grafías de los mismos, que nos van a dar un resultado mucho más ajustado a la realidad, porque las grafías eusquéricas tipo Etxebarria son mayoritarias en País Vasco y Navarra, mientras que las grafías castellanas tipo Echevarría, con gran profundidad y movilidad histórica, son mayoritarias en el resto de España, como vamos a ver.

 

Y conste, como hemos dicho, que en el listado aparecen indistintamente escritos los apellidos. No hay regla constante en ellos. Ya hemos visto que unos lo están en grafía eusquérica y otros en castellana.

 

Lo que más condiciona la grafía es, por supuesto, la ideología. Lo cual se demuestra en el hecho de que las grafías eusquéricas aparecen casi en exclusiva en el País Vasco y Navarra, mientras que las grafías castellanas del mismo apellido aparecen repartidas por toda España.

 

Lo que nadie podrá discutir, supongo, es que tanto Echevarría como Etxebarria son apellidos vascos, el mismo apellido vasco en realidad, solo que el primero escrito con grafía castellana y el segundo con grafía eusquérica.

 

Llegados a este punto, veamos los portadores de las grafías alternativas de los apellidos eusquéricos de los representantes políticos del primer parlamento vascongado de la historia, así como sus portadores. La primera cifra que daremos, igual que hicimos en la lista anterior, es la que corresponde a los portadores de País Vasco y Navarra juntos y la segunda cifra es la de los portadores del resto de España. Si no hay apellido alternativo a la forma utilizada en la lista anterior es porque ese apellido no tiene portadores en el INE (por ejemplo, Egiagarai). Y la metodología de conteo es la misma que empleamos en la lista anterior.

 

Aginaga: 140-0

Agiriano: 81-0

Arostegi: 193-0

Biana: 14-0

Echevarría: 2836-4792

Garaicoechea: 153-9

Gebara: 10-0

Jauregi: 890-0

Lerchundi: 385-46

Macua: 173-107

Picabea: 239-55; Picavea: 23-0

Olaverria: 21-33

Olaberri: 30-0

Renovales: 75-37

Sarazibar: 4-0

Vergara: 1383-12394

 

El último apellido de la lista, Vergara, es el que marca la pauta. Fíjense qué diferencia de portadores fuera del País Vasco y Navarra (12394) respecto de dentro. Esa es la clave. Hay muy pocos apellidos vascos, unos 100, con cifras enormes de portadores, que están presentes en toda España por efecto de la historia, y que hacen que la balanza de su presencia se incline hacia el sur del Ebro.

 

El sumatorio de estos apellidos con grafía distinta a los de los representantes políticos del primer parlamento vascongado de la historia es el siguiente: 6650 portadores de estos apellidos residen en el País Vasco y Navarra por 17473 en el resto de España. Una diferencia sustancial que viene dada sobre todo por las dos grafías castellanas de los apellidos Echevarría y Vergara, con una profundidad histórica considerable y con una extensión por el resto de España que sobrepasa con mucho su presencia en el País Vasco y Navarra. De modo que esta diferencia de casi 11000 portadores a favor del resto de España de los apellidos vascos en sus grafías alternativas, bascula definitivamente la balanza a favor de la presencia en el resto de España de los apellidos del primer parlamento vascongado de la historia, respecto de su presencia en País Vasco y Navarra.

 

En efecto, si sumamos estas últimas cantidades con las de los portadores de los apellidos de los representantes del primer parlamento vascongado de la historia, comprobamos que las cantidades resultantes (esto es, 26429 + 6650 = 33079, en el interior del País Vasco y Navarra, por 19422 + 17473 = 36895, en el resto de España) nos corroboran en el hecho cierto de que la presencia de portadores de apellidos vascos es mayor en el resto de España que en los propios País Vasco y Navarra, con las consecuencias extraordinarias e insólitas de tipo político que tiene esta constatación. Empezando por la de que el monopolio de lo vasco atribuido a dichas provincias y centrado en los apellidos es falso. Porque por mucho que se cambien las grafías, los apellidos están ahí, son los mismos, tienen el mismo origen, y Vergara es el apellido original y muchísimo más extendido, por efecto de la historia, que el Bergara recién eusquerizado, lo mismo que el Echevarría sobre el Etxebarria y tantos otros.

 

Lo que nos reafirma en nuestra idea de que el nacionalismo vasco es una ideología sustentada en una mentira o en una quimera. Lo vasco es consustancial a lo español y la prueba está en que hay más portadores de apellidos vascos residiendo en el resto de España que en el País Vasco y Navarra juntos, como acabamos de demostrar acudiendo a aquel primer parlamento vascongado de la historia, que marcó la pauta apellidística y supremacista a los que le siguieron hasta hoy. ¿Estamos o no estamos ante un gran espejismo vasco? ¿Estamos o no estamos ante una gran patraña supremacista?

 

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