La peligrosa opacidad gubernamental sobre los ovnis
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Como ha informado este periódico, el general Alejandro Chueca Ibáñez, en nombre del Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio, ha negado, a través del Portal de Transparencia del Gobierno español, cualquier información pública sobre los más recientes avistamientos ovni en España, citando para ello la prácticamente desconocida Instrucción General 40-5. Esta Instrucción, que data de marzo de 1992, establece las pautas para la recepción, clasificación, tramitación y custodia de la información relacionada con avistamientos de fenómenos extraños en el espacio aéreo nacional.
Sin duda alguna, esta decisión representa un paso atrás en la transparencia y el intercambio de conocimientos, planteando serias interrogantes sobre la verdadera intención que se esconde detrás de esta medida. En lugar de fomentar un debate informado y científico, el velo de secreto impuesto por el Gobierno a través del Ministerio de Defensa solo alimenta teorías ridículas sobre los ovnis y socava la confianza pública. En ausencia de información oficial, las personas tienden a llenar el vacío de conocimiento dehechos reales con especulaciones y explicaciones fantasiosas, lo que a su vez puede generar miedo, confusión y desinformación en la sociedad. En lugar de ocultar información, se espera que los gobiernos promuevan la apertura y el diálogo, especialmente en asuntos que captan tanto interés del público.
A lo largo de los últimos meses, la comunidad científica ha demostrado un interés legítimo en el estudio de los ovnis y en elimpacto de estos en la sociedad. Al clasificar toda la información relacionada como secreto de Estado, el gobierno está poniendo barreras innecesarias a los investigadores, negándoles el acceso a datos valiosos que podrían ayudar a comprender fenómenos inexplicables y avanzar en el conocimiento científico.
La investigación y el estudio riguroso de los ovnis requiere un enfoque basado en la evidencia y en el análisis científico. Al clasificar todo esto como secreto de Estado, el gobierno está obstaculizando la posibilidad de examinar estos fenómenos desde una perspectiva objetiva y respaldada por pruebas. Limitar el acceso a información relevante solo sirve para perpetuar el misterio y evitar avances significativos en nuestra comprensión de estos eventos. El secretismo oficial sobre los ovnis siempre es un paso equivocado.
Como ha informado este periódico, el general Alejandro Chueca Ibáñez, en nombre del Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio, ha negado, a través del Portal de Transparencia del Gobierno español, cualquier información pública sobre los más recientes avistamientos ovni en España, citando para ello la prácticamente desconocida Instrucción General 40-5. Esta Instrucción, que data de marzo de 1992, establece las pautas para la recepción, clasificación, tramitación y custodia de la información relacionada con avistamientos de fenómenos extraños en el espacio aéreo nacional.
Sin duda alguna, esta decisión representa un paso atrás en la transparencia y el intercambio de conocimientos, planteando serias interrogantes sobre la verdadera intención que se esconde detrás de esta medida. En lugar de fomentar un debate informado y científico, el velo de secreto impuesto por el Gobierno a través del Ministerio de Defensa solo alimenta teorías ridículas sobre los ovnis y socava la confianza pública. En ausencia de información oficial, las personas tienden a llenar el vacío de conocimiento dehechos reales con especulaciones y explicaciones fantasiosas, lo que a su vez puede generar miedo, confusión y desinformación en la sociedad. En lugar de ocultar información, se espera que los gobiernos promuevan la apertura y el diálogo, especialmente en asuntos que captan tanto interés del público.
A lo largo de los últimos meses, la comunidad científica ha demostrado un interés legítimo en el estudio de los ovnis y en elimpacto de estos en la sociedad. Al clasificar toda la información relacionada como secreto de Estado, el gobierno está poniendo barreras innecesarias a los investigadores, negándoles el acceso a datos valiosos que podrían ayudar a comprender fenómenos inexplicables y avanzar en el conocimiento científico.
La investigación y el estudio riguroso de los ovnis requiere un enfoque basado en la evidencia y en el análisis científico. Al clasificar todo esto como secreto de Estado, el gobierno está obstaculizando la posibilidad de examinar estos fenómenos desde una perspectiva objetiva y respaldada por pruebas. Limitar el acceso a información relevante solo sirve para perpetuar el misterio y evitar avances significativos en nuestra comprensión de estos eventos. El secretismo oficial sobre los ovnis siempre es un paso equivocado.