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Pedro Chacón
Miércoles, 12 de Febrero de 2025 Tiempo de lectura:

Las versiones del nacionalismo vasco sobre el palacete de París

Los diferentes autores que desde el nacionalismo vasco se han ocupado del tema del palacete de París nos han ido dando diferentes versiones de cómo el PNV compró el susodicho edificio. Aunque todas coinciden en que el dinero lo envió Francisco Belausteguigoitia desde México, luego entre ellas varían, de modo sustancial en algunos casos, en cuanto a detalles, personajes y situaciones, como veremos, lo cual ya, de entrada, da qué pensar en cuanto a su fiabilidad de conjunto. Lo primero que resulta revelador es que dentro del nacionalismo vasco no hay una única versión sobre el asunto.

 

Las versiones del nacionalismo vasco sobre la compra del palacete vamos a clasificarlas del siguiente modo:

 

PRIMERA VERSIÓN: La de Arantzazu Amézaga. Esta autora, en una obra titulada Crónicas de El Alsina. Pasajeros de la libertad (Bilbao, Idatz-Ekintza, 1982, pp. 203-204) nos relaciona el testimonio de Pedro Urraca Rendueles, el policía franquista de la embajada española de París que detiene a Ricardo Picavea y su hijo el 23 de enero de 1941 (recordemos que Ricardo Picavea fue el primer presidente de la Delegación del Gobierno Vasco en París). A las preguntas de Urraca, Picavea responde: “Preguntado sobre la procedencia del dinero de los vascos, manifiesta que Belausteguigoitia envió, desde México, un millón de francos a Monzón y después los De la Sota, uno de ellos, desde Nueva York, donde se hizo propaganda en pro de los vascos, remitió asimismo algunos fondos de consideración.” Esto de “la procedencia del dinero de los vascos” tampoco es que aclare mucho en cuanto al destino de dicho dinero, pero vamos a suponer, en principio, que fuera para el palacete. Esta versión viene recogida a su vez en el libro de Jiménez de Aberasturi De la derrota a la esperanza, p. 74, nota 87.

 

SEGUNDA VERSIÓN: La de Jean-Claude Larronde en su libro Exilio y solidaridad, concretamente en su página 337, nota 73. Que coincide punto por punto con lo que recoge también Eduardo Jáuregui en su trabajo incluido en el libro 75 años del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, editado el año 2024, en su página 165. La única diferencia entre ambas es que Jean-Claude Larronde dice que a él le llegó esta versión por vía de José Gamboa, suponemos que hijo de Marino Gamboa, el testaferro, pero en los dos casos la fuente es una carta escrita por Anton de Irala al Gobierno Vasco de 27 de abril de 1984, que dice: “Telesforo de Monzón llamó desde París a Francisco de Belaustegigoitia en México, quien le envió la totalidad de su cuenta bancaria en dólares. Estos fondos a disposición desde antes de la constitución del gobierno vasco sirvieron para adquirir el edificio de la Delegación vasca en el 11 de la Avenue Marceau. Belaustegigoitia y su familia jamás se han valido, que yo sepa, de este gesto histórico”.

 

Como vemos, las versiones 1 y 2 son similares en el sentido de que quien pide el dinero es Telesforo Monzón. Pero la versión 2 utiliza para realizar tal afirmación el testimonio de Antón Irala, personaje que continuará saliendo a partir de ahora, de un modo u otro, como veremos.

 

TERCERA VERSIÓN: Koldo San Sebastián, en su libro Exilio vasco en América, que es de 2014, dice: “El PNV, con ayuda de algunos militantes americanos, caso de Francisco de Belausteguigoitia (que puso a su disposición todo su saldo en dólares), adquirió un edificio en la Avenida Marceau de París que, poco después, cedió al Gobierno vasco para instalar en él la Delegación”. Esta cita de la página 98 del citado libro remite a la nota al pie 252, donde se dice que la afirmación sobre la compra se basa en “Testimonios de Juan Manuel de Epalza y Antón de Irala”. Esta versión es la más escueta de todas y es precisamente la utilizada por el informe del Secretario de Estado que concede al PNV en exclusiva el palacete. Con dicha cita, el mencionado informe empieza su indagación sobre la propiedad del palacete. Llama la atención que en dicho informe se diga que tales “testimonios” corresponden a entrevistas hechas por el autor del libro, es decir Koldo San Sebastián, cuando en el libro de este, del que extraemos la cita, no hay referencia a ninguna entrevista, solo se habla de “testimonios”, sin dar mayor precisión ni referencia bibliográfica de los mismos. De hecho, la nota número 8 del informe del Secretario de Estado se dedica a ensalzar las cualidades de los autores de ambos testimonios, Epalza e Irala, como si el autor de dicho informe los conociera de primera mano. Alucinante.

 

El caso es que Koldo San Sebastián, en el mismo libro, Exilio vasco en América, donde aparece la nota que acabamos de comentar, dice unas páginas antes, concretamente en la 58, otra cosa radicalmente distinta, que apunta a la propiedad del Gobierno Vasco sobre el palacete: “Por otro lado, desde finales de 1936, un grupo de nacionalistas se había movilizado a favor del Gobierno Vasco. Francisco de Belausteguigoitia puso a su disposición todo su saldo en dólares”.

 

CUARTA VERSIÓN: La del libro Delegaciones (1936-1980). La representación exterior del Gobierno Vasco, de Iñaki Anasagasti y Koldo San Sebastián, que es de 2018, donde se dice lo siguiente: “En agosto de 1936, Antón Irala y Federico Belausteguigoitia, por encargo de Juan Ajuriaguerra y con autorización de Echevarría Novoa, viajaron a Francia en busca de armas para las milicias nacionalistas (Euzko Gudarostea). Iban sin dinero alguno. Tras un intento fallido en Burdeos, siguieron hasta París. Desde esta ciudad, Belausteguigoitia llamó a su tío Francisco, Patxo, residente en México, para pedir ayuda económica. Este puso a disposición de los enviados del PNV todo el saldo de una cuenta en dólares que tenía en un banco de Nueva York. Sin problemas financieros, contactaron con Rafael Picavea para que los ayudase a buscar armas cómo y dónde fuera: «Paseando por la plaza Alma, Picavea sugirió que una buena compra sería el palacio de la Avenue Marceau. Irala le pide que haga las operaciones de compra, puesto que se iba a necesitar un lugar que sirviese de centro de operaciones vascas en París. La casa puede comprarse inmediatamente con los dólares de Francisco Belausteguigoitia». Para la compra de armas, se pensó entonces en buscar otras vías. El edificio fue comprado entonces por Marino Gamboa, militante del PNV, ciudadano norteamericano por su condición de filipino y residente en Londres, que era el apoderado de los fondos que llegaban de los vascos de América. Tras su adecentamiento, el edificio fue cedido para que albergase los servicios de la delegación del gobierno vasco” (19-20)

 

Esta versión se repite palabra por palabra en las páginas 110-111 del libro Los años oscuros. El nacionalismo vasco en la posguerra 1937-1946 de Iñaki Anasagasti, Jean Claude Larronde y Koldo San Sebastián, que es de 2019. Asombra la falta absoluta de coherencia que contiene todo lo que se dice ahí: que los emisarios iban a por armas sin dinero, que llamaron al tío para que les diera dinero, que este lo envía y que después de enviarlo, se supone que para comprar armas, van los receptores y lo destinan a comprar un palacete. Lo que sí se deduce de toda la explicación es que Francisco Belausteguigoitia envió el dinero para comprar armas, no para comprar un palacete. Y que esta última decisión fue tomada sobre la marcha, olvidándose de la misión que les llevó a París a sus protagonistas. Esta última versión, por otra parte, es la más densa de todas y con mayor número de intervinientes.

 

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Estas cuatro versiones, procedentes de seis fuentes distintas, discrepan también con la elaborada por el Secretario de Estado de Memoria Democrática, y que se basa, como sabemos, en las aportaciones de los historiadores Óscar Álvarez Gila y Xabier Hualde Amunárriz, sobre todo del primero, y que es la que ha terminado por dar justificación a la atribución del palacete en exclusiva al PNV y que podríamos denominar QUINTA VERSIÓN o VERSIÓN OFICIAL del nacionalismo vasco, asumida por el Gobierno de España de Pedro Sánchez para atribuir el palacete al PNV en exclusiva.

 

Ante semejante batiburrillo de versiones, lo único claro es que todas confluyen en atribuir el origen de los fondos a un vasco nacionalista de México, por lo que, por tanto, según estas versiones nacionalistas, la propiedad del palacete comprado con dichos fondos sería del PNV. Lo que ninguna de las versiones nacionalistas hace constar, salvo la oficial del Secretario de Estado, es que la compra efectiva se realizó más de un año después del contacto con Belausteguigoitia. Y que la versión del Secretario de Estado, que sí pone el dato de cuándo se firmó la escritura, atribuye a Marino Gamboa haberse quedado con el dinero venido de América, y que no lo tocó desde el 11 de diciembre de 1936, fecha en que lo habría recibido de De la Torre, hasta que se compra el palacete el 8 de octubre de 1937.

 

Pero esta versión oficial tiene tres hándicaps insuperables:

 

1. Que quien envía el dinero, Francisco Belausteguigoitia, lo envía para comprar armas. No tendría sentido, en el contexto en que se produce, que lo hubiera enviado para comprar un palacete en París.

 

2. Que quien recibe el dinero es Heliodoro de la Torre un 12 de septiembre de 1936, cuando no podía ser ya tesorero del PNV, puesto que para entonces era director de Finanzas de la Junta de Defensa de Vizcaya, un organismo volcado en la búsqueda de recursos para hacer frente a la guerra. Pero es que, además, aunque hubiera dudas en cuanto a que el 12 de septiembre De la Torre fuera también tesorero del PNV, en lo que no puede haber duda es que cuando De la Torre reenvía el dinero el 11 de diciembre de 1936 a Marino Gamboa, en esa fecha está claro que De la Torre solo podía ser consejero de Finanzas del Gobierno Vasco.

 

3. Quien compra el palacete, Marino Gamboa, lo hace casi un año después de recibir el dinero, con toda la Guerra Civil en Vizcaya de por medio, ya que Vizcaya cae a finales de junio de 1937 y no es hasta octubre de ese año cuando se compra el palacete. Si Marino Gamboa llevaba las aportaciones de los vascos de América, como se dice ahí, y si durante todo el tiempo que tuvo retenido el dinero transcurrió toda la batalla por Vizcaya, con epicentro final en Bilbao, además de la catastrófica ofensiva de Villarreal, con las correspondientes necesidades de armas y evacuaciones de refugiados, ¿cabe pensar que un comisionista, como era Gamboa, que luego no tuvo ningún problema en ponerse al servicio del comunista Negrín, pudiera tener tal cantidad de dinero retenida durante todo ese tiempo para comprar un palacete en París, con las ingentes y urgentes necesidades de dinero que hubo entonces, sobre todo para armas y para atender a los refugiados? Esta suposición es totalmente insostenible.

 

La explicación de la versión 4, en la que coinciden los libros Delegaciones y Los años oscuros, es la que implica a más gente y nos da unas pistas que nos pueden servir para aclarar la situación. Se pone como referente del PNV a Juan Ajuriaguerra y se habla de que envía una comisión a Francia en busca de armas, a cargo de Antón Irala y Federico Belausteguigoitia.

 

Estamos viendo en esta cuarta versión cómo hay una coincidencia temporal y de personajes y destinos en relación con dos temas bastante incompatibles entre sí: la compra de armas y la compra del palacete. Ahí se dice que los emisarios van a comprar armas sin dinero, lo cual resulta ya el colmo. Y luego, como en París se encuentran con Ricardo Picavea (que era el emisario de Aguirre allí, todavía no con el cargo de delegado del Gobierno Vasco, puesto que este no existía) y ante su sugerencia de que había un palacete que podría servir en el futuro como “centro de operaciones vascas en París”, deciden comprarlo, quedando para el tema de las armas “en buscar otras vías”.

 

¿Por qué suponían que un palacete en París iba a resultar tan útil en el futuro, cuando todavía no estaba la suerte echada, ni mucho menos, en contra de la Segunda República? ¿O tenían ya claro desde el principio que los sublevados iban a ganar y el Gobierno vasco iba a tener que coger el camino del exilio? ¿Y todo eso lo pensaban en el verano de 1936, cuando incluso ni siquiera se había constituido dicho Gobierno Vasco?

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