Felipe González no va a votar al Partido Socialista
Creo que eso he entendido de sus palabras con ocasión a la vomitiva sentencia del tribunal político al servicio del Gobierno, que es el Tribunal Constitucional.
Tengo un sentimiento ambivalente respecto al Sr. González. Por una parte, me complace y pienso que eso le ennoblece, o, más bien, blanquea su parte alícuota de culpa respecto a lo que viene ocurriendo, al menos, pero no solo, tras su caída como presidente del Gobierno por causa de la corrupción. No debemos olvidarlo.
El desmarque respecto a esta panda de delincuentes que está al frente del Partido Socialista gracias a su servil, cuando no cómplice militancia, parece obvio, aunque manifiestamente tardío. Lo aplaudo por una parte y lo critico por otra.
Es evidente que Sánchez, el presidente ilegítimo, falsario, transgresor de cualquier visión justa de lo que es un sistema democrático y de un Estado de Derecho y Constitucional, ha sido un producto más de la decadencia moral que representa hoy un Partido Socialista generador de una ruina constitucional y política que lleva al desastre al Estado de Bienestar y que nace del legado del Foro Sao Paulo y su agenda, o su clon del Grupo Puebla, del que Zapatero es un digno representante filocastrista.
Es decir, es el calco de la cultura woke que hace buenos a los regímenes más representativos de un leninismo revestido de una capa de maquillaje mediante ideologías que degeneran la idea principal de lo que representaba la idea socialista en su origen.
Desde al menos el año 2000 llevamos así en un culebreante paso por las instituciones dejando un rastro de pestilencia, asociación con malhechores y decadencia en todos los órdenes.
Señor González, bien por su desmarque, pero llega tarde.
El problema es que este blanqueamiento que pretende no le exime de responsabilidad y culpa. Llevamos ya un cuarto de siglo, al menos, en un caminar entre minas que nos lleva a la bancarrota, a la ruina moral y espiritual, y al desastre como sociedad y como sistema de garantías constitucionales y de seguridad jurídica.
Y de eso también tiene culpa usted que no ha dejado claro, a tiempo, que esa huida hacia adelante en un proceso de destrozo económico, sistémico y político, con gobiernos Frankenstein, provoca una situación irreversible que ya no es posible recomponer y que exige reformas constitucionales urgentes para salvar nuestra soberanía nacional y el legado y patrimonio de todos los españoles que ha de ser conservado y respetado.
En coherencia, yo creo, debe usted abandonar un partido político que ya no tiene nada que pueda ser salvado. Si este partido socialista continúa, arrastrará a España no solamente a una irrelevancia en la que ya estamos, sino a la imposible solución del drama en el que ya estamos.
Déjese de zarandajas y abandone ese barco que hace ya aguas por toda su línea de sustentación.
Por España haga ese gesto coherente y patriota.
Le saluda un exmilitante del PSOE vasco.
Creo que eso he entendido de sus palabras con ocasión a la vomitiva sentencia del tribunal político al servicio del Gobierno, que es el Tribunal Constitucional.
Tengo un sentimiento ambivalente respecto al Sr. González. Por una parte, me complace y pienso que eso le ennoblece, o, más bien, blanquea su parte alícuota de culpa respecto a lo que viene ocurriendo, al menos, pero no solo, tras su caída como presidente del Gobierno por causa de la corrupción. No debemos olvidarlo.
El desmarque respecto a esta panda de delincuentes que está al frente del Partido Socialista gracias a su servil, cuando no cómplice militancia, parece obvio, aunque manifiestamente tardío. Lo aplaudo por una parte y lo critico por otra.
Es evidente que Sánchez, el presidente ilegítimo, falsario, transgresor de cualquier visión justa de lo que es un sistema democrático y de un Estado de Derecho y Constitucional, ha sido un producto más de la decadencia moral que representa hoy un Partido Socialista generador de una ruina constitucional y política que lleva al desastre al Estado de Bienestar y que nace del legado del Foro Sao Paulo y su agenda, o su clon del Grupo Puebla, del que Zapatero es un digno representante filocastrista.
Es decir, es el calco de la cultura woke que hace buenos a los regímenes más representativos de un leninismo revestido de una capa de maquillaje mediante ideologías que degeneran la idea principal de lo que representaba la idea socialista en su origen.
Desde al menos el año 2000 llevamos así en un culebreante paso por las instituciones dejando un rastro de pestilencia, asociación con malhechores y decadencia en todos los órdenes.
Señor González, bien por su desmarque, pero llega tarde.
El problema es que este blanqueamiento que pretende no le exime de responsabilidad y culpa. Llevamos ya un cuarto de siglo, al menos, en un caminar entre minas que nos lleva a la bancarrota, a la ruina moral y espiritual, y al desastre como sociedad y como sistema de garantías constitucionales y de seguridad jurídica.
Y de eso también tiene culpa usted que no ha dejado claro, a tiempo, que esa huida hacia adelante en un proceso de destrozo económico, sistémico y político, con gobiernos Frankenstein, provoca una situación irreversible que ya no es posible recomponer y que exige reformas constitucionales urgentes para salvar nuestra soberanía nacional y el legado y patrimonio de todos los españoles que ha de ser conservado y respetado.
En coherencia, yo creo, debe usted abandonar un partido político que ya no tiene nada que pueda ser salvado. Si este partido socialista continúa, arrastrará a España no solamente a una irrelevancia en la que ya estamos, sino a la imposible solución del drama en el que ya estamos.
Déjese de zarandajas y abandone ese barco que hace ya aguas por toda su línea de sustentación.
Por España haga ese gesto coherente y patriota.
Le saluda un exmilitante del PSOE vasco.