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Martes, 26 de Agosto de 2025 Tiempo de lectura:

Guerra civil en Sudán: el plan de los Hermanos Musulmanes para el control del noreste de África y el mar Rojo

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Sudán está sumido en una violenta guerra civil que sigue las líneas de una agenda estratégica de los Hermanos Musulmanes para dominar el noreste de África y la región del mar Rojo. En el centro de este conflicto se encuentran las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF, por sus siglas en inglés), lideradas por el general Abdel Fattah Al-Burhan, cuyas alianzas revelan una cercanía con fuerzas islamistas que persiguen un plan de dominación regional. Para Estados Unidos, esta situación representa un problema crucial, ya que permitir a los Hermanos Musulmanes controlar Sudán y, en consecuencia, las rutas comerciales marítimas del mar Rojo, amenazaría la estabilidad económica global y los intereses de seguridad nacional estadounidenses.
 
Una historia islamista
 
En 1989, el ejército sudanés derrocó a un gobierno civil para instaurar un régimen islamista bajo el mando del general Omar Al-Bashir. Durante casi 30 años, la dictadura de Al-Bashir, influenciada por el ideólogo islamista Dr. Hassan Al-Turabi, cometió genocidios en el sur de Sudán y en Darfur, y apoyó el terrorismo global. De 1992 a 1997, Sudán se convirtió en un refugio seguro para Osama bin Laden. Fue en este período cuando Al-Qaeda estableció lazos con la Yihad Islámica Egipcia, sentando las bases para múltiples ataques terroristas, entre ellos el intento de asesinato del presidente egipcio Hosni Mubarak en 1995 y los atentados a las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998. El régimen de Al-Bashir también facilitó el contrabando de misiles iraníes a Hamás y apoyó al Ejército de Resistencia del Señor (LRA) en Uganda.
 
Tras el derrocamiento de Al-Bashir en 2019, a raíz de protestas populares, el general Al-Burhan tomó el poder, derrocando en 2021 a un gobierno civil de transición. En 2023, las tensiones entre las SAF y sus antiguos aliados, las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), estallaron en una guerra civil que continúa hasta el día de hoy. Sin embargo, este conflicto no es simplemente una lucha por el poder. En realidad, la guerra en curso forma parte de una estrategia más amplia de los Hermanos Musulmanes para controlar Sudán a través de las SAF y, por lo tanto, también la región del noreste de África y el mar Rojo, un corredor geopolítico y económico crucial para todo Occidente.
 
[Img #28748]Las filas de las SAF ahora están fuertemente infiltradas por grupos islamistas alineados con los Hermanos Musulmanes. Estos movimientos incluyen a la Brigada Al-Bara Bin Malik, el brazo militar del Movimiento Islamista Sudanés, la Brigada Bunyan Al-Marsous y los antiguos rebeldes de Darfur del Movimiento por la Justicia y la Igualdad (JEM), liderados por el ministro de finanzas de Sudán, Dr. Jibril Ibrahim. Muchos de estos combatientes, incluidos exmiembros del Servicio de Inteligencia y Seguridad Nacional (NISS) de Al-Bashir, se han unido a las SAF para reforzar sus filas contra las RSF. Al-Burhan, a menudo descrito como moderado, ha favorecido o aceptado esta oleada islamista dentro de las fuerzas armadas, lo que ha generado una gran preocupación sobre sus verdaderas intenciones.
 
Las SAF bajo el mando de Al-Burhan continúan protegiendo a figuras del régimen de Al-Bashir, incluido el propio exdictador. Las fuerzas armadas, acusadas de crímenes de guerra, también han renovado sus lazos con Irán, de donde reciben armas y drones, tal como sucedía bajo el régimen de Al-Bashir. Las relaciones de las SAF con Teherán sugieren que las Fuerzas Armadas Sudanesas no son una presencia para aportar estabilidad al país, sino que son más bien un medio para vehiculizar la agenda de los Hermanos Musulmanes dirigida a consolidar el dominio islamista en Sudán y a extender su influencia ideológica, política y económica en la región del mar Rojo.
 
Por qué Sudán es importante para Estados Unidos y Occidente
La zona del mar Rojo constituye una arteria vital. A través de sus aguas pasa aproximadamente entre el 10 % y el 15 % del comercio marítimo mundial, incluidos los suministros de petróleo y gas. El control de la costa sudanesa del mar Rojo por parte de los Hermanos Musulmanes le garantizaría al grupo islamista una influencia significativa sobre estas rutas comerciales, lo que le permitiría interrumpir las cadenas de suministro globales e imponer un aumento de los costos para los suministros de energía y otros bienes. Para Estados Unidos, y también para todo Occidente, esto representa una amenaza directa a la estabilidad económica, ya que las repercusiones adversas en los mercados globales podrían tener consecuencias negativas para los consumidores y las empresas estadounidenses.
 
Además, un Sudán dominado por los Hermanos Musulmanes podría convertirse en un centro de difusión de ideologías extremistas y actividades terroristas, amenazando a los mismos aliados de Estados Unidos en la región, como Egipto, Arabia Saudita e Israel. Los lazos históricos del grupo con Al-Qaeda y su renovada asociación con Irán aumentan aún más el riesgo de que Sudán se convierta en una base para operaciones antioccidentales.
Por lo tanto, Estados Unidos y la comunidad internacional deben empezar a considerar este conflicto no como una simple guerra civil interna de Sudán, sino como un plan estratégico de los Hermanos Musulmanes para remodelar el panorama geopolítico de la región y más allá.

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