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Miércoles, 10 de Septiembre de 2025 Tiempo de lectura:

La DEA asesta su golpe más demoledor al Cártel de Sinaloa: 617 detenidos sacuden a la organizacvión criminal mexicana

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En una operación de proporciones épicas que se extendió como una red implacable por 23 divisiones estadounidenses y siete regiones internacionales, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) ha descargado uno de los golpes más devastadores contra el Cártel de Sinaloa en la historia reciente del combate al narcotráfico.

 

Los números hablan por sí solos: 617 arrestos, casi media tonelada de fentanilo confiscado, más de 700.000 pastillas falsas interceptadas y un botín que incluye 7.500 kilogramos de cocaína, 2.200 de metanfetamina y 16 de heroína. El operativo, ejecutado entre el 25 y 29 de agosto, también se cobró 13 millones de dólares en efectivo y 420 armas de fuego.

 

El momento no es una coincidencia. Esta ofensiva sin precedentes llega apenas una semana después de que el secretario de Estado Marco Rubio concluyera su visita diplomática a Ciudad de México, donde elogió públicamente la "estrategia de cooperación en materia de seguridad" con el gobierno de Claudia Sheinbaum.

 

La presidenta mexicana, hábil navegante de las turbulentas aguas geopolíticas, ha logrado hasta ahora eludir la presión estadounidense para autorizar operaciones militares directas en territorio nacional. Pero esta demostración de fuerza de la DEA envía un mensaje inequívoco: con o sin cooperación total, la maquinaria antidrogas estadounidense no se detendrá.

 

Para el Cártel de Sinaloa, estos son tiempos de tribulación. Sus capos legendarios, Joaquín "Chapo" Guzmán e Ismael "Mayo" Zambada, languidecen tras las rejas estadounidenses mientras Iván Archibaldo Guzmán —hijo del Chapo y actual líder de la facción "Los Chapitos"— vive una existencia fugitiva, corriendo siempre un paso adelante de la justicia.

 

La organización criminal que una vez dominó las rutas del narcotráfico continental ahora se tambalea bajo el peso de una persecución sistemática que no da tregua.

 

Terrance Cole, el implacable administrador de la DEA, no escatima en retórica combativa. "Estos resultados demuestran el peso total de nuestro compromiso con la protección del pueblo estadounidense", declaró, para luego añadir con determinación férrea: "No descansaremos hasta desmantelar el Cártel de Sinaloa en todos sus niveles".

 

Pero Cole va más allá de las promesas convencionales. En una entrevista reciente con Fox News, este halcón de la guerra antidrogas evitó descartar escenarios extremos, incluyendo potenciales bombardeos contra posiciones carteleras en México. Cuando la presentadora Dana Perino le preguntó directamente sobre esta posibilidad, su respuesta fue tan calculada como inquietante: "Sé que la decisión recae en el Presidente. Los hombres y mujeres de la DEA apoyarán la decisión presidencial".

 

En el tablero geopolítico donde se juega el futuro del narcotráfico, cada movimiento cuenta. Y este último golpe de la DEA sugiere que Washington está dispuesto a elevar significativamente las apuestas.

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