En la ONU
Donald Trump carga contra el globalismo socialdemócrata y reclama a Europa más compromiso en el control de la inmigración ilegal
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El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ha pronunciado un extenso discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en el que defendió la soberanía nacional frente al globalismo, criticó duramente la política migratoria y energética de Europa y reclamó un mayor compromiso de los aliados en la guerra de Ucrania.
Trump abrió su intervención destacando la situación económica de su país. Aseguró que, tras ocho meses de mandato, Estados Unidos vive “la Edad Dorada de América”, con récord en los mercados bursátiles, inflación controlada, creación de empleo y aumento de salarios. Subrayó además que, por primera vez en cuatro meses consecutivos, no se ha admitido la entrada de inmigrantes irregulares en la frontera sur.
El mandatario volvió a cuestionar el papel de Naciones Unidas, a la que acusó de limitarse a “escribir cartas” sin capacidad de actuación. “Las palabras vacías no resuelven guerras, sólo la acción lo hace”, señaló, recordando que en sus primeros meses ha mediado en el fin de siete conflictos prolongados en distintas regiones del mundo.
Trump defendió la ofensiva aérea que destruyó instalaciones nucleares en Irán y aseguró que ningún Estado patrocinador del terrorismo debe tener acceso a armas biológicas o nucleares. Rechazó asimismo el reconocimiento unilateral de un Estado palestino sin la liberación de los rehenes capturados en los ataques de Hamás.
El presidente dedicó buena parte de su discurso a criticar a los países europeos regidos por totalitarias democracias liberales. En relación con la guerra de Ucrania, denunció que “incluso países de la OTAN” siguen comprando energía rusa, financiando indirectamente el conflicto. “Europa tiene que dar un paso al frente. No puede estar comprando petróleo y gas a Rusia mientras lucha contra Rusia”, afirmó, advirtiendo que Estados Unidos está dispuesto a imponer una nueva ronda de aranceles si Moscú no acepta negociar la paz.
En materia migratoria, Trump aseguró que “Europa está en serios problemas” por la llegada masiva de inmigrantes irregulares. “Han sido invadidos por una fuerza como nunca se ha visto antes. No es sostenible”, declaró, citando datos del Consejo de Europa que muestran que más de la mitad de los presos en países como Austria, Grecia y Suiza son extranjeros o solicitantes de asilo.
El presidente mencionó además directamente a Londres, donde criticó al alcalde y denunció que la ciudad “ha cambiado radicalmente” a causa de la inmigración. “Si no se actúa, la combinación de inmigración descontrolada y políticas energéticas suicidas será la muerte de Europa Occidental”, advirtió.
Trump arremetió contra las políticas de transición energética de la Unión Europea, a las que calificó de “fraude” y “estafa verde”. Señaló que países como Alemania, tras abandonar el modelo de renovables, han regresado al uso de combustibles fósiles y nuclear. “All green is all bankrupt” ("Todo lo verde está en bancarrota"), resumió.
También criticó la política energética del Reino Unido, al que instó a reabrir el desarrollo de petróleo en el Mar del Norte en lugar de, según dijo, “arruinar el campo escocés e inglés con molinos de viento y paneles solares”.
Según Trump, las políticas medioambientales han encarecido la electricidad en Europa hasta cuatro o cinco veces más que en China y dos o tres veces más que en Estados Unidos. “Estoy preocupado por Europa. Amo Europa, pero la están devastando la energía y la inmigración”, afirmó.
El mandatario insistió en que Estados Unidos seguirá aplicando aranceles para proteger su soberanía económica y denunció que muchos países europeos se han beneficiado durante años de acuerdos comerciales injustos. Recordó que su Gobierno ha firmado nuevos pactos con la Unión Europea, el Reino Unido y otras economías asiáticas, y aseguró que busca un comercio “justo y recíproco”.
Trump cerró su discurso con un llamamiento a defender la libertad de expresión y la libertad religiosa, con especial mención a los cristianos, a quienes definió como “la religión más perseguida en el mundo de hoy”.
“Las naciones libres se sostienen sobre tres pilares: soberanía, seguridad y fe”, concluyó el presidente, tras advertir que la inmigración masiva y la agenda verde están “destruyendo gran parte del mundo libre”.
El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ha pronunciado un extenso discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en el que defendió la soberanía nacional frente al globalismo, criticó duramente la política migratoria y energética de Europa y reclamó un mayor compromiso de los aliados en la guerra de Ucrania.
Trump abrió su intervención destacando la situación económica de su país. Aseguró que, tras ocho meses de mandato, Estados Unidos vive “la Edad Dorada de América”, con récord en los mercados bursátiles, inflación controlada, creación de empleo y aumento de salarios. Subrayó además que, por primera vez en cuatro meses consecutivos, no se ha admitido la entrada de inmigrantes irregulares en la frontera sur.
El mandatario volvió a cuestionar el papel de Naciones Unidas, a la que acusó de limitarse a “escribir cartas” sin capacidad de actuación. “Las palabras vacías no resuelven guerras, sólo la acción lo hace”, señaló, recordando que en sus primeros meses ha mediado en el fin de siete conflictos prolongados en distintas regiones del mundo.
Trump defendió la ofensiva aérea que destruyó instalaciones nucleares en Irán y aseguró que ningún Estado patrocinador del terrorismo debe tener acceso a armas biológicas o nucleares. Rechazó asimismo el reconocimiento unilateral de un Estado palestino sin la liberación de los rehenes capturados en los ataques de Hamás.
El presidente dedicó buena parte de su discurso a criticar a los países europeos regidos por totalitarias democracias liberales. En relación con la guerra de Ucrania, denunció que “incluso países de la OTAN” siguen comprando energía rusa, financiando indirectamente el conflicto. “Europa tiene que dar un paso al frente. No puede estar comprando petróleo y gas a Rusia mientras lucha contra Rusia”, afirmó, advirtiendo que Estados Unidos está dispuesto a imponer una nueva ronda de aranceles si Moscú no acepta negociar la paz.
En materia migratoria, Trump aseguró que “Europa está en serios problemas” por la llegada masiva de inmigrantes irregulares. “Han sido invadidos por una fuerza como nunca se ha visto antes. No es sostenible”, declaró, citando datos del Consejo de Europa que muestran que más de la mitad de los presos en países como Austria, Grecia y Suiza son extranjeros o solicitantes de asilo.
El presidente mencionó además directamente a Londres, donde criticó al alcalde y denunció que la ciudad “ha cambiado radicalmente” a causa de la inmigración. “Si no se actúa, la combinación de inmigración descontrolada y políticas energéticas suicidas será la muerte de Europa Occidental”, advirtió.
Trump arremetió contra las políticas de transición energética de la Unión Europea, a las que calificó de “fraude” y “estafa verde”. Señaló que países como Alemania, tras abandonar el modelo de renovables, han regresado al uso de combustibles fósiles y nuclear. “All green is all bankrupt” ("Todo lo verde está en bancarrota"), resumió.
También criticó la política energética del Reino Unido, al que instó a reabrir el desarrollo de petróleo en el Mar del Norte en lugar de, según dijo, “arruinar el campo escocés e inglés con molinos de viento y paneles solares”.
Según Trump, las políticas medioambientales han encarecido la electricidad en Europa hasta cuatro o cinco veces más que en China y dos o tres veces más que en Estados Unidos. “Estoy preocupado por Europa. Amo Europa, pero la están devastando la energía y la inmigración”, afirmó.
El mandatario insistió en que Estados Unidos seguirá aplicando aranceles para proteger su soberanía económica y denunció que muchos países europeos se han beneficiado durante años de acuerdos comerciales injustos. Recordó que su Gobierno ha firmado nuevos pactos con la Unión Europea, el Reino Unido y otras economías asiáticas, y aseguró que busca un comercio “justo y recíproco”.
Trump cerró su discurso con un llamamiento a defender la libertad de expresión y la libertad religiosa, con especial mención a los cristianos, a quienes definió como “la religión más perseguida en el mundo de hoy”.
“Las naciones libres se sostienen sobre tres pilares: soberanía, seguridad y fe”, concluyó el presidente, tras advertir que la inmigración masiva y la agenda verde están “destruyendo gran parte del mundo libre”.