Anima a los vascoparlantes a no hablar en castellano a pesar de que alguien de su alrededor no conozca el euskera
El Gobierno vasco desprecia al 87% de los ciudadanos de Euskadi que habitualmente solo utiliza el español
Durante los últimos veinte años, las instituciones vascas, fundamentalmente el Ejecutivo autónomo y las diputaciones forales, han dilapidado alrededor de 10.000 millones de euros en tratar de imponer el aprendizaje y el uso del euskera a los ciudadanos. Con muy escasos resultados, ya que el nivel de utilización de este idioma es hoy menor que en 1991. Ante esta situación, que roza el delito de malversación de caudales públicos, el Gobierno de Íñigo Urkullu ha decidido huir hacia adelante y apretar las tuercas del totalitarismo lingüístico.
Ahora, y dentro de una campaña publicitaria cuyo coste total no se ha especificado, el Ejecutivo de Vitoria quiere que el pírrico 13% de ciudadanos vascoparlantes que utiliza el euskera habitualmente imponga sus criterios al resto de la población y no deje de utilizar este idioma, aunque alguna persona del grupo no lo conozca.
Para el viceconsejero de Política Lingüística del PNV, Patxi Baztarrika, “no es una falta de respeto” seguir hablando en euskera cuando alrededor hay personas que no lo entienden. Y, para ello, ofrece dos estrambóticos ejemplos: “¿Le decimos que no venga al que no sabe cocinar o le enseñamos cómo hacerlo?; Por no saber jugar al fútbol, ¿arrinconamos a alguien o le invitamos a jugar con nosotros?”. Y, en la campaña diseñada por su Departamento, se añade: “Es una costumbre muy extendida entre los vascoparlantes cambiar al “erderaz” [español, en este caso] cuando uno de los miembros del grupo no sabe euskera. Las razones pueden ser muchas, pero normalmente se alude al respeto por esa persona. Pero ¿eso es actuar con respeto? [...] El objetivo no es hablar en euskera a una persona que no entiende nada. El objetivo es sostener nuestro idioma y mostrar a la gente que poco a poco puede entenderlo. Tender la mano con respeto. [...] ¿Y si cambiamos el chip?”.
Por su interés documental, reproducimos íntegramente la nota de prensa elaborada por el Gobierno vasco alrededor de esta campaña.
Durante los últimos veinte años, las instituciones vascas, fundamentalmente el Ejecutivo autónomo y las diputaciones forales, han dilapidado alrededor de 10.000 millones de euros en tratar de imponer el aprendizaje y el uso del euskera a los ciudadanos. Con muy escasos resultados, ya que el nivel de utilización de este idioma es hoy menor que en 1991. Ante esta situación, que roza el delito de malversación de caudales públicos, el Gobierno de Íñigo Urkullu ha decidido huir hacia adelante y apretar las tuercas del totalitarismo lingüístico.
Ahora, y dentro de una campaña publicitaria cuyo coste total no se ha especificado, el Ejecutivo de Vitoria quiere que el pírrico 13% de ciudadanos vascoparlantes que utiliza el euskera habitualmente imponga sus criterios al resto de la población y no deje de utilizar este idioma, aunque alguna persona del grupo no lo conozca.
Para el viceconsejero de Política Lingüística del PNV, Patxi Baztarrika, “no es una falta de respeto” seguir hablando en euskera cuando alrededor hay personas que no lo entienden. Y, para ello, ofrece dos estrambóticos ejemplos: “¿Le decimos que no venga al que no sabe cocinar o le enseñamos cómo hacerlo?; Por no saber jugar al fútbol, ¿arrinconamos a alguien o le invitamos a jugar con nosotros?”. Y, en la campaña diseñada por su Departamento, se añade: “Es una costumbre muy extendida entre los vascoparlantes cambiar al “erderaz” [español, en este caso] cuando uno de los miembros del grupo no sabe euskera. Las razones pueden ser muchas, pero normalmente se alude al respeto por esa persona. Pero ¿eso es actuar con respeto? [...] El objetivo no es hablar en euskera a una persona que no entiende nada. El objetivo es sostener nuestro idioma y mostrar a la gente que poco a poco puede entenderlo. Tender la mano con respeto. [...] ¿Y si cambiamos el chip?”.
Por su interés documental, reproducimos íntegramente la nota de prensa elaborada por el Gobierno vasco alrededor de esta campaña.