El país comienza a asumir que ha de combatir de frente al islamismo
Francia: ¡Debemos hacer la guerra como ellos nos hacen la guerra!
![[Img #19931]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/05_2021/7681_samuel.png)
Francia está en guerra contra las redes islamistas infiltradas en su sociedad. Y la está perdiendo. De hecho, recientemente, el diario Le Parisien publicaba una amplia entrevista con Pierre de Villiers, de 64 años, general retirado y exjefe del Estado Mayor de los Ejércitos franceses, que ha tenido un fuerte impacto en la opinión pública de este país. En la extensa conversación mantenida con los periodistas Charles de Saint-Sauveur et Henri Vernet, el exmilitar galo se muestra muy preocupado por el rumbo de su país, que ve sacudido por múltiples crisis, aunque hay una que le preocupa especialmente: la “crisis de autoridad”. De Villiers piensa que Francia está en “un punto de inflexión” muy peligroso y que, históricamente, situaciones similares han tenido consecuencias explosivas: “Mi temor es que estalle una guerra civil”, explica el ex-general, que añade que “cuando se decapita a un maestro delante de una escuela o se asesina a tres personas que han ido a rezar a una iglesia, eso me inquieta”.
De Villiers, que estuvo destinado en Kosovo y en Afganistán, abandonó el uniforme tras la llegada al poder de Emmanuel Macron. Desde entonces, se ha dedicado a realizar tareas de consultoría y a escribir libros de pensamiento político y geoestrategia que han tenido un éxito importante.
En otra entrevista que ha mantenido con la revista económica Entreprende, el mismo Villiers reconoce que Francia está "profundamente fracturada” y que vive una grave crisis de seguridad. “El terrorismo radical islamista ataca a nuestros ciudadanos en nuestro propio suelo. El islamismo radical trata de imponer una nueva organización de nuestras sociedades, especialmente en Occidente”.
Preguntado sobre cuáles pueden ser las respuestas a la amenaza islamista (“separatista”, en palabras del Gobierno de Macron), Villiers responde contundente: “¡Debemos hacer la guerra como ellos nos hacen la guerra! El enemigo está en nuestro suelo. La gente es nuestra amiga, pero nuestro enemigo está entre la gente. Ya han pasado. Ya están aquí. Hay un cierto número de franceses que odian a Francia y que quieren imponer esta barbarie en nuestra sociedad. Por esto, debemos librar esta batalla con todos los medios de guerra. Primero, los medios de seguridad, de combate y de fuerza. Todavía no estamos haciendo todo lo posible para imponer el orden republicano en determinadas áreas. Hay riesgos que asumir, pero no podemos dejar que los salafistas se extiendan como lo están haciendo, especialmente en determinadas ciudades. Creo que también es importante que nos empeñemos en secar los flujos financieros de este enemigo islamista (…) No basta con hablar de esta guerra, habrá que librarla y será larga. Creo que es un asunto de generaciones más que un asunto de elecciones. Y la victoria pasará por proteger nuestro territorio y por gestionar una inmigración efectivamente elegida y no sufrida. Si Europa no es capaz de regular la inmigración en las fronteras exteriores, tendremos que hacerlo en nuestras fronteras, guste o no, es fundamental. Ya no tenemos elección. Proteger a Francia y a los franceses también es eso".
Y De Villiers también destaca en Le Figaro una cuestión fundamental: el trato profundamente diferencial que el Gobierno de Emmanuel Macron da a la amenaza del coronavirus y al "virus islamista". En su opinión, para luchar contra el primero, "el Gobierno no duda en implementar medidas excepcionales muy cuestionables", mientras para enfrentarse al segundo, "una verdadera agresión invasiva, nos negamos a tomar medidas de guerra con el argumento de que éstas podrían ser liberticidas".
Pero De Villiers ya no es el único que habla de guerra. Gérald Darmanin, actual ministro del Interior francés, participaba recientemente en un programa de RTL, donde analizaba los últimos ataques terroristas sufridos por su país, cuando declaró: "Estamos en guerra frente a un enemigo que es a la vez enemigo interno y externo, estamos en guerra contra una ideología islamista".
Pero lo que más ha conmocionado recientemente a la sociedad francesa son los dos manifiestos firmados por miles de militares, tanto retirados como en activo, en los que denuncian que “el islamismo y las bandas suburbanas han conseguido que múltiples zonas de la nación se hayan transformado en territorios sujetos a dogmas contrarios a nuestra constitución. Sin embargo, cada francés, sea cual sea su creencia o su no creencia, ha de sentirse en Francia en todos los lugares; no puede ni debe existir ninguna ciudad, ningún distrito, donde no se apliquen las leyes de la República”.
Para los militares críticos con el actual estado de la nación francesa, “los peligros aumentan, la violencia aumenta día a día. ¿Quién hubiera predicho hace diez años que un profesor sería decapitado al salir de clase? Nosotros, servidores de la nación, que siempre hemos estado dispuestos a entregar la vida en este compromiso, no podemos permanecer frente a tales actos como espectadores pasivos” (…) “Quienes dirigen nuestro país deben encontrar imperiosamente el coraje necesario para erradicar estos peligros. Para hacer esto, a menudo es suficiente con aplicar las leyes existentes sin debilidad”.
Ante esta situación, estos miles de militares han dado un paso adelante y señalan que están “dispuestos a apoyar políticas que tomen en consideración la salvaguarda de la nación”. Por otro lado, si no se hace nada, “la laxitud seguirá extendiéndose inexorablemente en la sociedad, provocando finalmente una explosión y la intervención de nuestros compañeros activos en una peligrosa misión de proteger nuestros valores civilizacionales y salvaguardar a nuestros compatriotas en el territorio nacional”.
“No es momento de postergar. Mañana, una guerra civil pondrá fin a este caos creciente, y las muertes, de las que ustedes serán responsables, se contarán por miles”, finalizan los firmantes de los documentos publicados en ambos casos por la revista Valeurs Actuelles.
Por su parte, el prestigioso filósofo galo Alain de Benoist hablaba con La Tribuna del País Vasco tras la decapitación islamista del profesor Samuel Paty. “Este asesinato marcará un antes y un después. Por primera vez han asesinado a un profesor por el único motivo de haber impartido a sus alumnos un curso sobre la libertad de expresión". Para De Benoist, estos recientes ataques islamistas "están acumulando actualmente una presión que solo puede acabar desbordándose: la gente ya no puede soportarlo".
De Benoist explica algo que considera fundamental: "No estoy de acuerdo con la expresión de 'separatismo islamista' utilizada por Emmanuel Macron. Los islamistas de ninguna manera son separatistas (no tienen reclamos territoriales), sino que buscan extender su influencia dentro de la sociedad civil, que no es lo mismo".
El periodista italiano Giulio Meotti, uno de los más respetados analistas de cómo la hidra islamista se ha instalado en Europa a lo largo de las últimas décadas, en declaraciones exclusivas recogidas por La Tribuna del País Vasco, señalaba también que el islamismo está logrando su objetivo: la sumisión de la sociedad francesa. "Sólo unos pocos héroes solitarios, bajo protección policial, enjuiciados, demonizados y aislados, todavía se atreven a defender ahora los valores occidentales. Y muchos occidentales relativistas se han puesto de lado de los fanáticos. Me temo que estamos presenciando el fin de Europa tal como la conocemos. La pregunta ahora es: ¿qué lo reemplazará? ¿Qué tipo de sociedad heredarán nuestros hijos?".
El también periodista Éric Zemmour, explica que "Francia no es exactamente la República, pero nadie se atreve a reconocerlo". En opinión de Zemmour, "¿quién cree que un hombre dispuesto a decapitar a un maestro porque dice que insultó a Alá será detenido por las reglas del secularismo? No estamos en el mismo registro. Por un lado, normas jurídico-políticas; por el otro, una fe fanatizada que quiere imponer un sistema jurídico-político sustitutivo: la sharia. No es la República la que está en el punto de mira, sino Francia. Una Francia cristiana e irreverente, la Francia de los cruzados".
"En boca de muchos políticos", prosigue Zemmour, "la República ha sido, durante años, el medio conveniente para dejar de pronunciar la palabra Francia. Esta Francia que debe fusionarse con Europa. Francia que implica un arraigo, una historia, una geografía, un pueblo, una cultura, unas costumbres. En resumen, una civilización. Una Francia a la que debemos asimilarnos. En Roma, haz como los romanos. Y en París, te gustan las parisienses. La República, es más conveniente, sólo significa una legalidad superficial que obtiene consenso. Más allá de eso comienza el problema. Los territorios perdidos de la República son los territorios perdidos de Francia. Enclaves que, por ser extranjeros, se han convertido en el caldo de cultivo de una contra-sociedad basada en reglas islámicas. Un contra-país: la 'oumma'. Una contra-civilización que produce terroristas islamistas y delincuentes de bajo nivel. Yihad para todos".
(*) Reportaje publicado inicialmente en la Revista Naves en Llamas, editada trimestralmente por La Tribuna del País Vasco. (Distribuida gratuitamente a los miembros del Club de Lectores de La Tribuna del País Vasco)
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Francia está en guerra contra las redes islamistas infiltradas en su sociedad. Y la está perdiendo. De hecho, recientemente, el diario Le Parisien publicaba una amplia entrevista con Pierre de Villiers, de 64 años, general retirado y exjefe del Estado Mayor de los Ejércitos franceses, que ha tenido un fuerte impacto en la opinión pública de este país. En la extensa conversación mantenida con los periodistas Charles de Saint-Sauveur et Henri Vernet, el exmilitar galo se muestra muy preocupado por el rumbo de su país, que ve sacudido por múltiples crisis, aunque hay una que le preocupa especialmente: la “crisis de autoridad”. De Villiers piensa que Francia está en “un punto de inflexión” muy peligroso y que, históricamente, situaciones similares han tenido consecuencias explosivas: “Mi temor es que estalle una guerra civil”, explica el ex-general, que añade que “cuando se decapita a un maestro delante de una escuela o se asesina a tres personas que han ido a rezar a una iglesia, eso me inquieta”.
De Villiers, que estuvo destinado en Kosovo y en Afganistán, abandonó el uniforme tras la llegada al poder de Emmanuel Macron. Desde entonces, se ha dedicado a realizar tareas de consultoría y a escribir libros de pensamiento político y geoestrategia que han tenido un éxito importante.
En otra entrevista que ha mantenido con la revista económica Entreprende, el mismo Villiers reconoce que Francia está "profundamente fracturada” y que vive una grave crisis de seguridad. “El terrorismo radical islamista ataca a nuestros ciudadanos en nuestro propio suelo. El islamismo radical trata de imponer una nueva organización de nuestras sociedades, especialmente en Occidente”.
Preguntado sobre cuáles pueden ser las respuestas a la amenaza islamista (“separatista”, en palabras del Gobierno de Macron), Villiers responde contundente: “¡Debemos hacer la guerra como ellos nos hacen la guerra! El enemigo está en nuestro suelo. La gente es nuestra amiga, pero nuestro enemigo está entre la gente. Ya han pasado. Ya están aquí. Hay un cierto número de franceses que odian a Francia y que quieren imponer esta barbarie en nuestra sociedad. Por esto, debemos librar esta batalla con todos los medios de guerra. Primero, los medios de seguridad, de combate y de fuerza. Todavía no estamos haciendo todo lo posible para imponer el orden republicano en determinadas áreas. Hay riesgos que asumir, pero no podemos dejar que los salafistas se extiendan como lo están haciendo, especialmente en determinadas ciudades. Creo que también es importante que nos empeñemos en secar los flujos financieros de este enemigo islamista (…) No basta con hablar de esta guerra, habrá que librarla y será larga. Creo que es un asunto de generaciones más que un asunto de elecciones. Y la victoria pasará por proteger nuestro territorio y por gestionar una inmigración efectivamente elegida y no sufrida. Si Europa no es capaz de regular la inmigración en las fronteras exteriores, tendremos que hacerlo en nuestras fronteras, guste o no, es fundamental. Ya no tenemos elección. Proteger a Francia y a los franceses también es eso".
Y De Villiers también destaca en Le Figaro una cuestión fundamental: el trato profundamente diferencial que el Gobierno de Emmanuel Macron da a la amenaza del coronavirus y al "virus islamista". En su opinión, para luchar contra el primero, "el Gobierno no duda en implementar medidas excepcionales muy cuestionables", mientras para enfrentarse al segundo, "una verdadera agresión invasiva, nos negamos a tomar medidas de guerra con el argumento de que éstas podrían ser liberticidas".
Pero De Villiers ya no es el único que habla de guerra. Gérald Darmanin, actual ministro del Interior francés, participaba recientemente en un programa de RTL, donde analizaba los últimos ataques terroristas sufridos por su país, cuando declaró: "Estamos en guerra frente a un enemigo que es a la vez enemigo interno y externo, estamos en guerra contra una ideología islamista".
Pero lo que más ha conmocionado recientemente a la sociedad francesa son los dos manifiestos firmados por miles de militares, tanto retirados como en activo, en los que denuncian que “el islamismo y las bandas suburbanas han conseguido que múltiples zonas de la nación se hayan transformado en territorios sujetos a dogmas contrarios a nuestra constitución. Sin embargo, cada francés, sea cual sea su creencia o su no creencia, ha de sentirse en Francia en todos los lugares; no puede ni debe existir ninguna ciudad, ningún distrito, donde no se apliquen las leyes de la República”.
Para los militares críticos con el actual estado de la nación francesa, “los peligros aumentan, la violencia aumenta día a día. ¿Quién hubiera predicho hace diez años que un profesor sería decapitado al salir de clase? Nosotros, servidores de la nación, que siempre hemos estado dispuestos a entregar la vida en este compromiso, no podemos permanecer frente a tales actos como espectadores pasivos” (…) “Quienes dirigen nuestro país deben encontrar imperiosamente el coraje necesario para erradicar estos peligros. Para hacer esto, a menudo es suficiente con aplicar las leyes existentes sin debilidad”.
Ante esta situación, estos miles de militares han dado un paso adelante y señalan que están “dispuestos a apoyar políticas que tomen en consideración la salvaguarda de la nación”. Por otro lado, si no se hace nada, “la laxitud seguirá extendiéndose inexorablemente en la sociedad, provocando finalmente una explosión y la intervención de nuestros compañeros activos en una peligrosa misión de proteger nuestros valores civilizacionales y salvaguardar a nuestros compatriotas en el territorio nacional”.
“No es momento de postergar. Mañana, una guerra civil pondrá fin a este caos creciente, y las muertes, de las que ustedes serán responsables, se contarán por miles”, finalizan los firmantes de los documentos publicados en ambos casos por la revista Valeurs Actuelles.
Por su parte, el prestigioso filósofo galo Alain de Benoist hablaba con La Tribuna del País Vasco tras la decapitación islamista del profesor Samuel Paty. “Este asesinato marcará un antes y un después. Por primera vez han asesinado a un profesor por el único motivo de haber impartido a sus alumnos un curso sobre la libertad de expresión". Para De Benoist, estos recientes ataques islamistas "están acumulando actualmente una presión que solo puede acabar desbordándose: la gente ya no puede soportarlo".
De Benoist explica algo que considera fundamental: "No estoy de acuerdo con la expresión de 'separatismo islamista' utilizada por Emmanuel Macron. Los islamistas de ninguna manera son separatistas (no tienen reclamos territoriales), sino que buscan extender su influencia dentro de la sociedad civil, que no es lo mismo".
El periodista italiano Giulio Meotti, uno de los más respetados analistas de cómo la hidra islamista se ha instalado en Europa a lo largo de las últimas décadas, en declaraciones exclusivas recogidas por La Tribuna del País Vasco, señalaba también que el islamismo está logrando su objetivo: la sumisión de la sociedad francesa. "Sólo unos pocos héroes solitarios, bajo protección policial, enjuiciados, demonizados y aislados, todavía se atreven a defender ahora los valores occidentales. Y muchos occidentales relativistas se han puesto de lado de los fanáticos. Me temo que estamos presenciando el fin de Europa tal como la conocemos. La pregunta ahora es: ¿qué lo reemplazará? ¿Qué tipo de sociedad heredarán nuestros hijos?".
El también periodista Éric Zemmour, explica que "Francia no es exactamente la República, pero nadie se atreve a reconocerlo". En opinión de Zemmour, "¿quién cree que un hombre dispuesto a decapitar a un maestro porque dice que insultó a Alá será detenido por las reglas del secularismo? No estamos en el mismo registro. Por un lado, normas jurídico-políticas; por el otro, una fe fanatizada que quiere imponer un sistema jurídico-político sustitutivo: la sharia. No es la República la que está en el punto de mira, sino Francia. Una Francia cristiana e irreverente, la Francia de los cruzados".
"En boca de muchos políticos", prosigue Zemmour, "la República ha sido, durante años, el medio conveniente para dejar de pronunciar la palabra Francia. Esta Francia que debe fusionarse con Europa. Francia que implica un arraigo, una historia, una geografía, un pueblo, una cultura, unas costumbres. En resumen, una civilización. Una Francia a la que debemos asimilarnos. En Roma, haz como los romanos. Y en París, te gustan las parisienses. La República, es más conveniente, sólo significa una legalidad superficial que obtiene consenso. Más allá de eso comienza el problema. Los territorios perdidos de la República son los territorios perdidos de Francia. Enclaves que, por ser extranjeros, se han convertido en el caldo de cultivo de una contra-sociedad basada en reglas islámicas. Un contra-país: la 'oumma'. Una contra-civilización que produce terroristas islamistas y delincuentes de bajo nivel. Yihad para todos".
(*) Reportaje publicado inicialmente en la Revista Naves en Llamas, editada trimestralmente por La Tribuna del País Vasco. (Distribuida gratuitamente a los miembros del Club de Lectores de La Tribuna del País Vasco)











