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La Tribuna del País Vasco
Martes, 22 de Abril de 2025 Tiempo de lectura:

Las normas no son opcionales: la seguridad digital diplomática no puede depender de la voluntad de China

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La respuesta que hemos recibido de la Embajada China en España, tras la publicación de nuestros artículos editoriales sobre la inseguridad de su sitio web, merece una reflexión profunda por parte de toda la sociedad democrática europea.


Lejos de reconocer el problema o comprometerse con su corrección, la representación diplomática del Gobierno chino se limita a justificar la ausencia de medidas básicas de seguridad digital con tecnicismos, evasivas jurídicas y un enfoque unilateral que vulnera el espíritu de la cooperación internacional. El https no es una sugerencia. Es un estándar universal.


El protocolo https no se exige únicamente para proteger formularios, sino para garantizar la autenticidad, integridad y confidencialidad de cualquier información que se transmite entre un servidor y un usuario. Permite que el visitante tenga la certeza de que no está siendo víctima de suplantación, manipulación o interceptación.


Que una web sea “estática” no la exime de usar htpps. Un sitio no interactivo también puede ser suplantado o manipulado en tránsito. Por eso los navegadores modernos lo advierten y por eso la comunidad internacional lo exige. 


La embajada afirma que al operar desde servidores chinos, no está sujeta a las normativas europeas como el RGPD (Reglamente General de Protección de Datos). Esa afirmación es jurídicamente discutible —pues los sitios web que ofrecen información a ciudadanos europeos sí pueden estar sujetos a ciertos principios del RGPD—, pero lo más alarmante es su mensaje político implícito: “como no estamos obligados, no lo hacemos”.


Lo que aquí se discute no es únicamente el cumplimiento literal de una norma. Es el respeto a la cultura de la protección de datos, a los estándares internacionales de ciberseguridad y a los derechos digitales de los ciudadanos europeos. El hecho de que una embajada, sea ésta cual sea, alegue que las normas del país anfitrión no le competen no solo vulnera la cortesía diplomática, sino que socava los principios de reciprocidad y confianza mutua. ¿Quién decide lo que es seguro? ¿Los navegadores de Internet más populares del mundo, como Firefox o Chrome, o Pekín?. Además, si el http no es importante para las embajadas de China en el mundo, ¿por qué, en cambio, sí lo es para la web oficial del Gobierno chino?


El intento de desautorizar las advertencias de seguridad de los navegadores más utilizados por los internautas de todo el mundo es particularmente grave. Los navegadores son herramientas tecnológicas objetivas que advierten a los usuarios ante una conexión insegura. Son el resultado del consenso técnico global, no de la opinión del gobierno de turno. Negar la legitimidad de esa advertencia y calificarla de “recordatorio” subjetivo es una forma sutil de desinformación técnica que no puede aceptarse en una democracia informada. 

 

El argumento según el cual el sitio web “no es una página oficial diplomática en territorio español” sino una web alojada en China que opera bajo su legislación, representa una redefinición oportunista de la soberanía digital. La embajada —y su comunicación institucional— está situada en España. Opera en España. Se dirige a ciudadanos españoles. Que sus servidores estén alojados en territorio chino no los exime de cumplir con los estándares internacionales aceptados en el país anfitrión. La amistad se construye con responsabilidad, no con evasivas
China habla de amistad milenaria entre nuestros pueblos. Desde este periódico también la valoramos. Pero la amistad no puede sostenerse sobre una arquitectura digital insegura, asimétrica y opaca. Tampoco sobre una negación sistemática de los estándares internacionales bajo la excusa de la soberanía técnica o normativa.

 

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