Un extesorero del PNV le da dinero a Cerdán, y Sánchez le da el palacete de París al PNV
El pasado día 9 de julio, en el debate sobre corrupción en el Congreso de los Diputados, la portavoz del PNV, Maribel Vaquero Montero (otra maqueta fanatizada al servicio del nacionalismo vasco), repitió varias veces que en este tema de la corrupción es el gobierno de Pedro Sánchez el único protagonista y el único que tiene que dar explicaciones.
Pero por mucho que diga y repita eso no va a poder evitar que la realidad sea ligeramente distinta. Esta corrupción protagonizada ahora por la “trama Cerdán”, con el Secretario de Organización del PSOE ya en la cárcel, al PNV también le ha salpicado. Primero con Antxon Alonso e Iñaki Alzaga y ahora con José María Zalbidegoitia.
En el caso de este último, esa que dice el título de este artículo ha sido la sucesión histórica de los hechos. Y la relación profunda entre los mismos solo la sabe el extesorero del PNV José María Zalbidegoitia, que era tesorero del partido cuando se empezó a reclamar el palacete de París en 1996 y que desde 1999 pasó a dirigir simultáneamente la empresa de inversiones Talde, que es la que en 2017 y 2018 le dio dinero a la “trama Cerdán”.
Si ya sabíamos que el Gobierno de Pedro Sánchez le había dado el palacete de la Avenue Marceau de París al PNV sin ninguna razón histórica ni legal que lo justificara y si ahora sabemos que un extesorero del PNV, el que más tiempo ha estado de tesorero en ese partido desde el inicio de la Transición hasta hoy, le ha dado dinero a Santos Cerdán en dos momentos clave de su carrera política, el de la consecución de la Secretaría General del PSOE por Pedro Sánchez en 2017 y el de la moción de censura a Mariano Rajoy que llevó a Sánchez al poder en junio de 2018, ¿por qué no vamos a pensar que entre ambos episodios hay una relación profunda evidente?
Porque ¿qué pinta un extesorero del PNV dándole dinero a Santos Cerdán, el último secretario de organización del PSOE, ahora en la cárcel?
Con este caso, el presidente del PNV, Aitor Esteban, no puede alegar que no estamos ante un militante del PNV, al que por tanto no haya que defender desde arriba por sus actuaciones. Esa fue la razón que adujo nada más aparecer en los medios la implicación de Antxon Alonso y de Iñaki Alzaga. Porque de quien estamos hablando ahora es de José María Zalbidegoitia, nacido en Bilbao en 1951, aunque hay fuentes que ponen su fecha de nacimiento en 1949, y que desde 1979 ocupa cargos políticos, primero en el Gobierno Vasco y luego ya, desde 1984 como tesorero del PNV, cargo en el que estuvo hasta 2011: 27 años de tesorero, ahí es nada.
Pero fijémonos en las fechas. Cuando Zalbidegoitia empieza a ser tesorero del PNV también es Viceconsejero de Comercio en el Gobierno Vasco. Luego en 1986 pasa a ser miembro del Bizkai Buru Batzar, es decir, del órgano directivo de provincia más poderoso del partido, donde este basa toda su capacidad de influencia sobre las demás y donde está la sede central del mismo. A partir de 1988 ya está en el Euskadi Buru Batzar, a las órdenes de Xabier Arzalluz. Cuando en 2008 el partido tuvo que defender la inocencia de otro burukide, Gorka Agirre, inculpado en el caso “Faisán”, por participar en la estructura criminal de la organización ETA que se ocupaba de la recaudación del llamado impuesto revolucionario, asistieron a los tribunales a declarar por propia voluntad los siguientes burukides: Iñigo Urkullu, presidente entonces del PNV, Xabier Arzalluz, presidente anterior, Joseba Egibar, líder del PNV guipuzcoano, José Antonio Rubalkaba, conocido parlamentario del PNV y José María Zalbidegoitia, lo que demuestra hasta qué punto este último estaba en el núcleo directivo del partido, siempre alejado de los medios pero siempre decisivo.
Mientras era tesorero del PNV, Zalbidegotia también fue empresario. Desde 1999, o sea quince años después de empezar a ejercer como tesorero, empezó a dirigir el fondo de inversiones Talde, creado por el PNV en 1976 para intervenir empresas vascas, normalmente pequeñas y medianas, y evitar así que cayeran en manos no deseadas. De modo que simultaneó su cargo de tesorero del PNV y de presidente de Talde durante doce años, entre 1999 hasta que en 2011 dejó de ser tesorero pero siguió siendo presidente de Talde hasta febrero de 2025, hace apenas unos meses. Lo cual quiere decir que durante esos doce años el cargo de tesorero y el de presidente ejecutivo de Talde eran compatibles o intercambiables o, dicho de otro modo, que podía beneficiar al partido ejerciendo uno u otro cargo de manera indistinta.
Pero hay más coincidencias. La sociedad Talde fue decisiva para la fusión de las cajas vascas, de las que tenía participaciones. De modo que Zalbidegoitia fue el personaje clave para dicha operación financiera que dio como resultado la creación de Kutxabank, el banco que integraba las tres anteriores entidades de ahorro provinciales, BBK, Kutxa y Caja Vital. Pues bien, en el mismo momento en que se crea Kutxabank, o sea en 2011, Zalbidegoitia deja de ser tesorero del PNV y sigue siendo presidente de Talde. ¿Casualidad? Da la impresión que no.
Y siguió siendo presidente de Talde hasta que Kutxabank acabó absorbiendo Talde, en febrero de este año 2025, que es justo cuando dejó Zalbidegoitia de ser presidente de Talde, puesto que ya no era necesaria su actuación, más que nada porque ya la misión de Talde estaba más que cumplida.
Es entre 2011 y 2025, siendo presidente de Talde y habiendo sido hasta entonces tesorero del PNV durante 27 años, que Zalbidegoitia aparece implicado con ese dinero que le da –al menos con el que se sabe que le da–, como presidente ejecutivo de Talde, a Santos Cerdán en 2017 y 2018 a través del intermediario Antxon Alonso, ya conocido en los medios. De Antxon Alonso, como decíamos antes, salió apresuradamente Aitor Esteban a decir que no era militante del PNV. Pero de Zalbidegoitia, ¿qué va a decir Aitor Esteban? Obviamente nada. Lo mismo que dice Aitor Esteban que Iñaki Alzaga tampoco es militante del PNV, el otro implicado en primera instancia con la “trama Cerdán”. Cuando resulta que Alzaga es consejero delegado de la cadena de periódicos más marcadamente peneuvistas que existe en nuestra región: ya saben, el Deia y los llamados Diarios de Noticias, uno por cada una de las otras provincias vascas y por Navarra. Decir que quien está al frente de la empresa que edita esos periódicos, el Grupo Noticias, no tiene nada que ver con el PNV porque no es militante, es como decir, por ejemplo, que Ramiro González, el presidente de la Diputación de Álava, no tiene nada que ver con el PNV porque es nacido en Burgos.
Se puede pensar que es que Zalbidegoitia le dio poco dinero a Cerdán. Lo que está probado hasta ahora es que le dio algo más de 12.000 euros en total. Pero esto es lo que se ha descubierto. Quién nos dice que no haya más por ahí. Y aunque solo fuera esto. ¿A santo de qué le dio ese dinero? Qué importancia podía tener para el PNV lo que estuviera haciendo entonces Santos Cerdán, que en esas fechas además no era todavía Secretario de Organización del PSOE sino que era, desde junio de 2017, Secretario de Coordinación Territorial, un puesto, dentro del organigrama del PSOE, menos decisivo que el primero, ocupado en aquellas fechas por José Luis Ábalos.
A finales de 2024 el Gobierno de Pedro Sánchez decide darle al PNV el palacete de París. Ya hemos hecho en esta sección un estudio suficientemente documentado y desde todos los puntos de vista de aquel episodio. En él probamos, entre otras cuestiones, la inanidad del informe técnico que pretendió justificar historiográficamente esa cesión, basado sobre todo en el papel de los tesoreros del PNV. En aquel informe se dice que los tesoreros del PNV, según los estatutos del partido, desde el primer momento en que existió este puesto, no podían ejercer funciones de cargo público. Es decir, que si eran tesoreros no podían ser al mismo tiempo miembros del Gobierno vasco o parlamentarios. De hecho, esa es la razón que se argüía en el informe para demostrar que, cuando el tesorero en la época en la que se compró el palacete de París, esto es, Heliodoro de la Torre, recibió el dinero de unos militantes nacionalistas de México en agosto de 1936, no era todavía consejero del Gobierno Vasco y que por esa razón el palacete debía ser para el PNV y no para el Gobierno Vasco. Nosotros a esa afirmación contraponemos al menos dos: una, que el primer Gobierno Vasco de la historia, el presidido por José Antonio Aguirre desde el 7 de octubre de 1936, no era un gobierno surgido de elección popular, puesto que no hubo elecciones que le precedieran. Y la otra razón es que Heliodoro de la Torre ocupaba ya un cargo público cuando era tesorero, puesto que era el Director de Finanzas de la Junta de Defensa de Vizcaya, un organismo creado por la Segunda República una vez iniciada la Guerra Civil y que fue el precedente orgánico del primer Gobierno Vasco.
También en el informe técnico que justificaba la cesión del palacete de París al PNV se hablaba de otro tesorero del PNV, el que sucedió a Heliodoro de la Torre, que se llamaba Agustín Alberro. Pero en este caso es más profunda todavía su vinculación al Gobierno Vasco, muy por encima de la que pudiera tener con el partido PNV como tal. Agustín Alberro desde el primer momento fue adjunto de Heliodoro de la Torre en el Gobierno Vasco y luego, cuando este salió al exilio estuvo todo el rato en la Delegación de París instalada en el palacete de la Avenue Marceau, mientras el presidente del PNV, Doroteo Ciaurriz, con quien tendría que haber estado si era realmente su tesorero, permaneció siempre en el País Vasco francés.
Los tesoreros del PNV, por tanto, siempre fueron personajes oscuros. La prueba está en la actuación de Heliodoro de la Torre durante la Guerra Civil, cuando no dio nunca cuentas al ministro de Hacienda, que se lo requirió muchas veces, de los movimientos de dinero que pasaban por sus manos, que eran todos los que el Gobierno Vasco recibió del gobierno de la Segunda República en generosas partidas, ingentes cantidades que no han podido nunca ser descifradas por los investigadores posteriores. De hecho, el PNV como partido dependía absolutamente del dinero que manejaba entonces el Gobierno Vasco. Por eso el interés desmedido de los nacionalistas, cuando han recibido el Palacete de manos de Sánchez, por demostrar que el dinero para el Palacete de París procedía de unos militantes nacionalistas de México, porque de esa manera lo desvinculaban políticamente de España. Y por eso el interés en decir que cuando recibió ese dinero el tesorero, Heliodoro de la Torre, este no era consejero del Gobierno Vasco, porque así lo desvinculaban también de la Segunda República Española en la que estaba integrado aquel Gobierno Vasco y, a la postre, de España.
A José María Zalbidegoitia lo encontramos detrás de la primera reivindicación del PNV por el Palacete de París efectuada bajo la presidencia de Xabier Arzalluz, con motivo de las negociaciones para poner en marcha la primera legislatura de José María Aznar, tras la victoria electoral del PP en 1996. Entonces era Zalbidegoitia el tesorero del partido, el que tenía toda la información que el PNV podía manejar para reivindicar el palacete como propio. Y que entonces ya se demostró insuficiente, puesto que cuando lo reclamaron por vía judicial el Tribunal Supremo denegó la petición, del mismo modo que la justicia francesa en su día ya había fallado a favor del Gobierno de España y no por presiones del Gobierno de Franco, como se intentaba demostrar por parte del PNV, sino porque legalmente no había ningún documento que demostrara la propiedad del PNV.
Pero en esto llegó Pedro Sánchez y zanjó la cuestión. El palacete de París sería para el PNV y la decisión había que vestirla con un informe firmado por dos historiadores, para que pareciera todo muy lógico y documentado.
Pero la verdad es que lo que tenemos aquí es el protagonismo de un tesorero, Heliodoro de la Torre, al que se le atribuye un protagonismo en la compra del Palacete (lo del otro tesorero, Agustín Alberro, en realidad es para intentar darle un poco de coherencia al asunto), del mismo modo que ahora otro tesorero, José María Zalbidegoitia, hizo lo que tenía que hacer para reivindicarlo de nuevo para el partido en la época actual. Y no solo reivindicarlo por lo que se ve, sino también engrasarlo de la única manea que un tesorero sabe hacer.
El pasado día 9 de julio, en el debate sobre corrupción en el Congreso de los Diputados, la portavoz del PNV, Maribel Vaquero Montero (otra maqueta fanatizada al servicio del nacionalismo vasco), repitió varias veces que en este tema de la corrupción es el gobierno de Pedro Sánchez el único protagonista y el único que tiene que dar explicaciones.
Pero por mucho que diga y repita eso no va a poder evitar que la realidad sea ligeramente distinta. Esta corrupción protagonizada ahora por la “trama Cerdán”, con el Secretario de Organización del PSOE ya en la cárcel, al PNV también le ha salpicado. Primero con Antxon Alonso e Iñaki Alzaga y ahora con José María Zalbidegoitia.
En el caso de este último, esa que dice el título de este artículo ha sido la sucesión histórica de los hechos. Y la relación profunda entre los mismos solo la sabe el extesorero del PNV José María Zalbidegoitia, que era tesorero del partido cuando se empezó a reclamar el palacete de París en 1996 y que desde 1999 pasó a dirigir simultáneamente la empresa de inversiones Talde, que es la que en 2017 y 2018 le dio dinero a la “trama Cerdán”.
Si ya sabíamos que el Gobierno de Pedro Sánchez le había dado el palacete de la Avenue Marceau de París al PNV sin ninguna razón histórica ni legal que lo justificara y si ahora sabemos que un extesorero del PNV, el que más tiempo ha estado de tesorero en ese partido desde el inicio de la Transición hasta hoy, le ha dado dinero a Santos Cerdán en dos momentos clave de su carrera política, el de la consecución de la Secretaría General del PSOE por Pedro Sánchez en 2017 y el de la moción de censura a Mariano Rajoy que llevó a Sánchez al poder en junio de 2018, ¿por qué no vamos a pensar que entre ambos episodios hay una relación profunda evidente?
Porque ¿qué pinta un extesorero del PNV dándole dinero a Santos Cerdán, el último secretario de organización del PSOE, ahora en la cárcel?
Con este caso, el presidente del PNV, Aitor Esteban, no puede alegar que no estamos ante un militante del PNV, al que por tanto no haya que defender desde arriba por sus actuaciones. Esa fue la razón que adujo nada más aparecer en los medios la implicación de Antxon Alonso y de Iñaki Alzaga. Porque de quien estamos hablando ahora es de José María Zalbidegoitia, nacido en Bilbao en 1951, aunque hay fuentes que ponen su fecha de nacimiento en 1949, y que desde 1979 ocupa cargos políticos, primero en el Gobierno Vasco y luego ya, desde 1984 como tesorero del PNV, cargo en el que estuvo hasta 2011: 27 años de tesorero, ahí es nada.
Pero fijémonos en las fechas. Cuando Zalbidegoitia empieza a ser tesorero del PNV también es Viceconsejero de Comercio en el Gobierno Vasco. Luego en 1986 pasa a ser miembro del Bizkai Buru Batzar, es decir, del órgano directivo de provincia más poderoso del partido, donde este basa toda su capacidad de influencia sobre las demás y donde está la sede central del mismo. A partir de 1988 ya está en el Euskadi Buru Batzar, a las órdenes de Xabier Arzalluz. Cuando en 2008 el partido tuvo que defender la inocencia de otro burukide, Gorka Agirre, inculpado en el caso “Faisán”, por participar en la estructura criminal de la organización ETA que se ocupaba de la recaudación del llamado impuesto revolucionario, asistieron a los tribunales a declarar por propia voluntad los siguientes burukides: Iñigo Urkullu, presidente entonces del PNV, Xabier Arzalluz, presidente anterior, Joseba Egibar, líder del PNV guipuzcoano, José Antonio Rubalkaba, conocido parlamentario del PNV y José María Zalbidegoitia, lo que demuestra hasta qué punto este último estaba en el núcleo directivo del partido, siempre alejado de los medios pero siempre decisivo.
Mientras era tesorero del PNV, Zalbidegotia también fue empresario. Desde 1999, o sea quince años después de empezar a ejercer como tesorero, empezó a dirigir el fondo de inversiones Talde, creado por el PNV en 1976 para intervenir empresas vascas, normalmente pequeñas y medianas, y evitar así que cayeran en manos no deseadas. De modo que simultaneó su cargo de tesorero del PNV y de presidente de Talde durante doce años, entre 1999 hasta que en 2011 dejó de ser tesorero pero siguió siendo presidente de Talde hasta febrero de 2025, hace apenas unos meses. Lo cual quiere decir que durante esos doce años el cargo de tesorero y el de presidente ejecutivo de Talde eran compatibles o intercambiables o, dicho de otro modo, que podía beneficiar al partido ejerciendo uno u otro cargo de manera indistinta.
Pero hay más coincidencias. La sociedad Talde fue decisiva para la fusión de las cajas vascas, de las que tenía participaciones. De modo que Zalbidegoitia fue el personaje clave para dicha operación financiera que dio como resultado la creación de Kutxabank, el banco que integraba las tres anteriores entidades de ahorro provinciales, BBK, Kutxa y Caja Vital. Pues bien, en el mismo momento en que se crea Kutxabank, o sea en 2011, Zalbidegoitia deja de ser tesorero del PNV y sigue siendo presidente de Talde. ¿Casualidad? Da la impresión que no.
Y siguió siendo presidente de Talde hasta que Kutxabank acabó absorbiendo Talde, en febrero de este año 2025, que es justo cuando dejó Zalbidegoitia de ser presidente de Talde, puesto que ya no era necesaria su actuación, más que nada porque ya la misión de Talde estaba más que cumplida.
Es entre 2011 y 2025, siendo presidente de Talde y habiendo sido hasta entonces tesorero del PNV durante 27 años, que Zalbidegoitia aparece implicado con ese dinero que le da –al menos con el que se sabe que le da–, como presidente ejecutivo de Talde, a Santos Cerdán en 2017 y 2018 a través del intermediario Antxon Alonso, ya conocido en los medios. De Antxon Alonso, como decíamos antes, salió apresuradamente Aitor Esteban a decir que no era militante del PNV. Pero de Zalbidegoitia, ¿qué va a decir Aitor Esteban? Obviamente nada. Lo mismo que dice Aitor Esteban que Iñaki Alzaga tampoco es militante del PNV, el otro implicado en primera instancia con la “trama Cerdán”. Cuando resulta que Alzaga es consejero delegado de la cadena de periódicos más marcadamente peneuvistas que existe en nuestra región: ya saben, el Deia y los llamados Diarios de Noticias, uno por cada una de las otras provincias vascas y por Navarra. Decir que quien está al frente de la empresa que edita esos periódicos, el Grupo Noticias, no tiene nada que ver con el PNV porque no es militante, es como decir, por ejemplo, que Ramiro González, el presidente de la Diputación de Álava, no tiene nada que ver con el PNV porque es nacido en Burgos.
Se puede pensar que es que Zalbidegoitia le dio poco dinero a Cerdán. Lo que está probado hasta ahora es que le dio algo más de 12.000 euros en total. Pero esto es lo que se ha descubierto. Quién nos dice que no haya más por ahí. Y aunque solo fuera esto. ¿A santo de qué le dio ese dinero? Qué importancia podía tener para el PNV lo que estuviera haciendo entonces Santos Cerdán, que en esas fechas además no era todavía Secretario de Organización del PSOE sino que era, desde junio de 2017, Secretario de Coordinación Territorial, un puesto, dentro del organigrama del PSOE, menos decisivo que el primero, ocupado en aquellas fechas por José Luis Ábalos.
A finales de 2024 el Gobierno de Pedro Sánchez decide darle al PNV el palacete de París. Ya hemos hecho en esta sección un estudio suficientemente documentado y desde todos los puntos de vista de aquel episodio. En él probamos, entre otras cuestiones, la inanidad del informe técnico que pretendió justificar historiográficamente esa cesión, basado sobre todo en el papel de los tesoreros del PNV. En aquel informe se dice que los tesoreros del PNV, según los estatutos del partido, desde el primer momento en que existió este puesto, no podían ejercer funciones de cargo público. Es decir, que si eran tesoreros no podían ser al mismo tiempo miembros del Gobierno vasco o parlamentarios. De hecho, esa es la razón que se argüía en el informe para demostrar que, cuando el tesorero en la época en la que se compró el palacete de París, esto es, Heliodoro de la Torre, recibió el dinero de unos militantes nacionalistas de México en agosto de 1936, no era todavía consejero del Gobierno Vasco y que por esa razón el palacete debía ser para el PNV y no para el Gobierno Vasco. Nosotros a esa afirmación contraponemos al menos dos: una, que el primer Gobierno Vasco de la historia, el presidido por José Antonio Aguirre desde el 7 de octubre de 1936, no era un gobierno surgido de elección popular, puesto que no hubo elecciones que le precedieran. Y la otra razón es que Heliodoro de la Torre ocupaba ya un cargo público cuando era tesorero, puesto que era el Director de Finanzas de la Junta de Defensa de Vizcaya, un organismo creado por la Segunda República una vez iniciada la Guerra Civil y que fue el precedente orgánico del primer Gobierno Vasco.
También en el informe técnico que justificaba la cesión del palacete de París al PNV se hablaba de otro tesorero del PNV, el que sucedió a Heliodoro de la Torre, que se llamaba Agustín Alberro. Pero en este caso es más profunda todavía su vinculación al Gobierno Vasco, muy por encima de la que pudiera tener con el partido PNV como tal. Agustín Alberro desde el primer momento fue adjunto de Heliodoro de la Torre en el Gobierno Vasco y luego, cuando este salió al exilio estuvo todo el rato en la Delegación de París instalada en el palacete de la Avenue Marceau, mientras el presidente del PNV, Doroteo Ciaurriz, con quien tendría que haber estado si era realmente su tesorero, permaneció siempre en el País Vasco francés.
Los tesoreros del PNV, por tanto, siempre fueron personajes oscuros. La prueba está en la actuación de Heliodoro de la Torre durante la Guerra Civil, cuando no dio nunca cuentas al ministro de Hacienda, que se lo requirió muchas veces, de los movimientos de dinero que pasaban por sus manos, que eran todos los que el Gobierno Vasco recibió del gobierno de la Segunda República en generosas partidas, ingentes cantidades que no han podido nunca ser descifradas por los investigadores posteriores. De hecho, el PNV como partido dependía absolutamente del dinero que manejaba entonces el Gobierno Vasco. Por eso el interés desmedido de los nacionalistas, cuando han recibido el Palacete de manos de Sánchez, por demostrar que el dinero para el Palacete de París procedía de unos militantes nacionalistas de México, porque de esa manera lo desvinculaban políticamente de España. Y por eso el interés en decir que cuando recibió ese dinero el tesorero, Heliodoro de la Torre, este no era consejero del Gobierno Vasco, porque así lo desvinculaban también de la Segunda República Española en la que estaba integrado aquel Gobierno Vasco y, a la postre, de España.
A José María Zalbidegoitia lo encontramos detrás de la primera reivindicación del PNV por el Palacete de París efectuada bajo la presidencia de Xabier Arzalluz, con motivo de las negociaciones para poner en marcha la primera legislatura de José María Aznar, tras la victoria electoral del PP en 1996. Entonces era Zalbidegoitia el tesorero del partido, el que tenía toda la información que el PNV podía manejar para reivindicar el palacete como propio. Y que entonces ya se demostró insuficiente, puesto que cuando lo reclamaron por vía judicial el Tribunal Supremo denegó la petición, del mismo modo que la justicia francesa en su día ya había fallado a favor del Gobierno de España y no por presiones del Gobierno de Franco, como se intentaba demostrar por parte del PNV, sino porque legalmente no había ningún documento que demostrara la propiedad del PNV.
Pero en esto llegó Pedro Sánchez y zanjó la cuestión. El palacete de París sería para el PNV y la decisión había que vestirla con un informe firmado por dos historiadores, para que pareciera todo muy lógico y documentado.
Pero la verdad es que lo que tenemos aquí es el protagonismo de un tesorero, Heliodoro de la Torre, al que se le atribuye un protagonismo en la compra del Palacete (lo del otro tesorero, Agustín Alberro, en realidad es para intentar darle un poco de coherencia al asunto), del mismo modo que ahora otro tesorero, José María Zalbidegoitia, hizo lo que tenía que hacer para reivindicarlo de nuevo para el partido en la época actual. Y no solo reivindicarlo por lo que se ve, sino también engrasarlo de la única manea que un tesorero sabe hacer.