En 2020
Facebook y Google subvencionaron con 1.420 millones de dólares al movimiento de extrema-izquierda Black Lives Matter
![[Img #23891]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/03_2023/4545_screenshot-2023-03-20-at-09-40-27-black-lives-matter-youtube-busqueda-de-google.png)
Algunas de las principales empresas tecnológicas como Facebook y Google no han dudado a lo largo de los últimos años en emplear todas sus herramientas para censurar la información libre y el pensamiento conservador, pero, por el contrario, no han tenido ningún escrúpulo en alentar y apoyar económicamente a la extrema-izquierda del movimiento Black Lives Matter (BLM). Así lo demuestra un informe que acaba de publicar el Claremont Institute Center for the American Way of Life, que incluye la base de datos más completa creada hasta la fecha rastreando las contribuciones otorgadas por decenas de grandes empresas y compañías globalistas de EEUU al BLM. De esta investigación se desprende que, en 2020, año en el que las algaradas violentas del Black Lives Matter se extendieron por más de 200 capitales norteamericanas, Facebook y Google subvencionaron con 1.420 millones de dólares a esta organización neocomunista. En ese mismo tiempo, el BLM recibió un total de 82.900 millones de dólares de centenares de empresas globalistas norteamericanas.
El Instituto Claremont explica en su investigación que la constelación de marcas que forman parte del BLM ha destinado la ingente cantidad de dinero recibido no solo a los lujosos caprichos de algunas de sus fundadoras sino, sobre todo, a la inversión especulativa de miles de millones de dólares, a la compra de exclusivos bienes raíces, a otorgar ayudas monetarias a centenarias de organizaciones revolucionarias afines y a llevar a cabo proyectos de trabajo para "elegir líderes comunitarios progresistas, activistas y candidatos de la clase trabajadora que luchan por la liberación de los negros."
Además, según Claremont, las diferentes organizaciones locales del BLM gastan miles de millones en activismo y en iniciativas para tratar de desfinanciar los departamentos de policía de decenas de capitales norteamericanas, así como en campañas de adoctrinando a los niños de todo el país en la teoría crítica de la raza y en la teoría queer, y enseñándoles a odiarse a sí mismos, a sus compañeros y a su país. Según la investigación del Institute Claremont, “las organizaciones sin ánimo de lucro de izquierdas están llevando a cabo cambios sociales demasiado radicales para las vías legislativas normales y, de hecho, se están constituyendo en una forma de gobierno en la sombra”. Y añaden los investigadores: “Mientras tanto, los bancos están emitiendo miles de millones de dólares en préstamos de alto riesgo ‘para ayudar a acabar con el racismo sistémico’, y las empresas están financiando fondos izquierdistas que liberan a violentos alborotadores y criminales en nuestras calles y colaboran para crear esquemas de contratación racializados y antimeritocráticos”.
Los líderes del BLM se encuentran entre la élite de la extrema-izquierda norteamericana. Patrisse Cullors, una de las fundadoras del movimiento, sostiene que, independientemente de que la cuestión sea la raza, el sexo, el género, la inmigración o el medio ambiente, el objetivo revolucionario sigue siendo el elemento básico del BLM: aunque su activismo abarca toda la gama de causas progresistas, su objetivo último es socavar el capitalismo, el Estado nación y la civilización occidental.
Alicia Garza, otra de las fundadoras, autoproclamada "marxista de formación", lo ha reconocido públicamente, afirmando claramente que "las vidas negras no pueden importar bajo el capitalismo. Son como el aceite y el agua". "No es posible que surja un mundo donde las vidas negras importen si es bajo el capitalismo (…) y no es posible abolir el capitalismo sin una lucha contra la opresión nacional y la opresión de género".
Acceso a la base de datos de las empresas que financian al BLM
Algunas de las principales empresas tecnológicas como Facebook y Google no han dudado a lo largo de los últimos años en emplear todas sus herramientas para censurar la información libre y el pensamiento conservador, pero, por el contrario, no han tenido ningún escrúpulo en alentar y apoyar económicamente a la extrema-izquierda del movimiento Black Lives Matter (BLM). Así lo demuestra un informe que acaba de publicar el Claremont Institute Center for the American Way of Life, que incluye la base de datos más completa creada hasta la fecha rastreando las contribuciones otorgadas por decenas de grandes empresas y compañías globalistas de EEUU al BLM. De esta investigación se desprende que, en 2020, año en el que las algaradas violentas del Black Lives Matter se extendieron por más de 200 capitales norteamericanas, Facebook y Google subvencionaron con 1.420 millones de dólares a esta organización neocomunista. En ese mismo tiempo, el BLM recibió un total de 82.900 millones de dólares de centenares de empresas globalistas norteamericanas.
El Instituto Claremont explica en su investigación que la constelación de marcas que forman parte del BLM ha destinado la ingente cantidad de dinero recibido no solo a los lujosos caprichos de algunas de sus fundadoras sino, sobre todo, a la inversión especulativa de miles de millones de dólares, a la compra de exclusivos bienes raíces, a otorgar ayudas monetarias a centenarias de organizaciones revolucionarias afines y a llevar a cabo proyectos de trabajo para "elegir líderes comunitarios progresistas, activistas y candidatos de la clase trabajadora que luchan por la liberación de los negros."
Además, según Claremont, las diferentes organizaciones locales del BLM gastan miles de millones en activismo y en iniciativas para tratar de desfinanciar los departamentos de policía de decenas de capitales norteamericanas, así como en campañas de adoctrinando a los niños de todo el país en la teoría crítica de la raza y en la teoría queer, y enseñándoles a odiarse a sí mismos, a sus compañeros y a su país. Según la investigación del Institute Claremont, “las organizaciones sin ánimo de lucro de izquierdas están llevando a cabo cambios sociales demasiado radicales para las vías legislativas normales y, de hecho, se están constituyendo en una forma de gobierno en la sombra”. Y añaden los investigadores: “Mientras tanto, los bancos están emitiendo miles de millones de dólares en préstamos de alto riesgo ‘para ayudar a acabar con el racismo sistémico’, y las empresas están financiando fondos izquierdistas que liberan a violentos alborotadores y criminales en nuestras calles y colaboran para crear esquemas de contratación racializados y antimeritocráticos”.
Los líderes del BLM se encuentran entre la élite de la extrema-izquierda norteamericana. Patrisse Cullors, una de las fundadoras del movimiento, sostiene que, independientemente de que la cuestión sea la raza, el sexo, el género, la inmigración o el medio ambiente, el objetivo revolucionario sigue siendo el elemento básico del BLM: aunque su activismo abarca toda la gama de causas progresistas, su objetivo último es socavar el capitalismo, el Estado nación y la civilización occidental.
Alicia Garza, otra de las fundadoras, autoproclamada "marxista de formación", lo ha reconocido públicamente, afirmando claramente que "las vidas negras no pueden importar bajo el capitalismo. Son como el aceite y el agua". "No es posible que surja un mundo donde las vidas negras importen si es bajo el capitalismo (…) y no es posible abolir el capitalismo sin una lucha contra la opresión nacional y la opresión de género".
Acceso a la base de datos de las empresas que financian al BLM